Agarrados de la mano

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✧Esto solamente es un AU (Universo Alternativo) y por eso habrán ciertos cambios en algunas personalidad o gustos✧

   Era lunes y lo estudiantes ya iban llegando a la Academia, parecía ir todo normal hasta que un chico parecía ir un poco apurado para cambiarse los zapatos, y al terminar se fue a un casillero en específico. Tan pronto llego a este saca una nota de su mochila y la puso adentro del casillero.
   Estaba un poco avergonzado por eso pero estaba decidido a que el fuera, después de todo eran pareja pero solo se hablaban por celular. Anteriormente a el le parecía bien ese tipo de contacto pero se cansó de esa rutina.
   Taro, el chico el cuál entregó esa nota estaba viendo un poco cerca de ese lugar para ver que decía el acerca de esta, estaba un poco nervioso hasta que lo vió llegar a el, a Budo, alguien el cuál parecía ser el opuesto a Taro en todos los sentidos, hasta algunos decían que se tenían un rencor por como se miraban, ¿Como habían llegado a ser pareja?
   Eso ya no importaba ya que Budo había tomado la nota y aunque parecía haber querido tirarla la terminó guardando en su bolsillo, Taro exhalo y se fue hacia la fuente para poder ir a leer su libro, se sentía un poco mejor ahora que iba a ir, no tenía planeado muchos cosas, solo un almuerzo normal con el y una pequeña charla, la cuál necesitan ya desde hace un tiempo.

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   Ya era la hora del almuerzo hací que llevó su bento y algunos postres pequeños que hizo con Amai. Tenía planeado hacerlos solo pero le dió miedo creer que no le saldrían bien y a Budo no le gustasen.

   Tan pronto llego al jardín ordenó todo y colocó la comida en el pequeña mesa, tenía todo listo pero para el parecía que se había olvidado algo, tal vez sentía eso por lo ansioso que estaba. Pero de igual manera el sólo se sentó en en uno de los cojines esperando a su pareja...

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—¿Taro?– Dijo Budo al llegar a la casita del jardín zen.

   El ya se esperaba que fuera el quién escribió aquella carta, después de todo reconocía bien su letra, pero le extrañaba se que quedara dormido tan rápido, según el solo había llegado 4 minutos tarde, no era poco pero tampoco mucho. Entró a la casita y se sentó en el cojín que estaba al lado de Taro presenciando la comida que había traído, se veía bastante buena pero le daba pena comérselo todo el, así que decidió despertar Taro suevemente dándole un pequeño beso corto en sus labios.

—¿Eh...?, ¡Budo!– Apenas pudo ver su rostro se puso firme y le prestó atención.

—No sabía que tenías todo esto planeado solo para los dos– Dijo entre una pequeña risa suave.

—Bueno... Solo quería que fuera..., Ya sabes, especial–.

—Ya veo, bueno la verdad no está nada mal, y bien, ¿Solo me diste aquella carta para almorzar juntos?–.

   Realmente Taro tenía planeado hablar con el pero casi no tenían cosas en común, así que era medio complicado encontrar un tema que le agradara a los dos. Al menos podían comer y estar juntos, y esa era el primer propósito de Taro.

—Algo así– Taro desvío su mirada de Budo para dirigirse a la comida para así acercarla un poco más.

—Okey...–

   Budo tenía las mismas intenciones que Taro, poder hablar un poco más en persona y no por mensajes, pero parecía más sencillo hablar por teléfono que cara a cara. Pero aún así intento hacerle un poco de charla.

30 Días De ParejaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora