Capítulo 1.- Asavarid Chamkimha

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- Sarocha... el jefe te llama! - me indicó Nop casi ordenándome con los dedos, lo mire de no muy buena cara y el parecía serio, me trato de tomar por la espalda como para hacer que apresurara el paso y le moví los hombros para evitar el contacto, odiaba que se tomara atribuciones que no tenía, siendo que simplemente era un perro faldero de Heng, pero bueno, es algo que ambos acordamos y que por mi propia seguridad nadie del Cartel debía saber la relación sanguínea que teníamos, en caso de querer buscar culpables o represalias por todas las atrocidades que mi hermano ha hecho a la largo de los años, desde que mis padres murieron sólo quedamos nosotros de la familia, y el quedó a cargo del legado Chamkimha, no puedo negar que también he cometido algunos crímenes, pero jamás he asesinado o torturado a alguien, es una de las condiciones que le puse a Heng para seguir a su lado, y bueno, familia es familia así que no tenía opciones de negarse u obligarme a algo más. - El señor Asavarid la envío a buscar...- les indicó el odioso de Nop a dos tipos que hacían guarda a las afuera de una gran mampara, ellos me abrieron paso y Nop abrió la puerta, dentro de la oficina se encontraba en un sillón enorme mi hermano , y sentada en sus piernas su novia, Nam - déjennos solos...- dijo besando a la morena e indicando con sus dedos que cerraran por fuera las puertas de las oficina, Nita pasó por mi lado sin prestarme atención hasta que el perro faldero de mi hermano ya estaba fuera, se giró y me abrazo rápidamente besando parte de mi frente - Compórtate pequeña - me susurró al oído, y la mire rodando los ojos moviendo la cabeza. Una vez que estábamos fuera Heng ser levantó de su asiento, encendió un puro y sirvió whisky en dos vasos de cristal, el trato de parece duro, pero eso hace años que no resultaba conmigo, me lo extendió y me indicó que bebiera - Tu sabes que sé absolutamente todo lo que haces... ¿lo tienes Claro Freen?- me dijo inclinándose hacia mí y besando mi frente - Pues... me llegaron rumores de tus andanzas...- volví a rodar y colocar los ojos en blanco, abrí la boca para gesticular una palabra pero su tono ronco y autoritario me hizo callar - Esto no es un juego... este mundo no es un juego, me importa bien poco que quieras salir de fiesta y que te andes comiendo a tu guardaespalda...- me increpó.
- Nita es mi novia... no mi guardaespaldas...- le dije en un tono más alto, mi hermano se volvió a sentar y golpeo su vaso de whisky con el escritorio - Ella trabaja para mi... o se dedica a vender y reclutar jóvenes, o no vuelven a trabajar juntas- me reclamo - Para que controles sus hormonas Ratchanon las acompañará de ahora en adelante - Me pare de golpe - Ratchanon no!... por favor Heng!- le supliqué, pero el me negó con la cabeza, dio tres palmadas con sus manos y su perro faldero volvió a entrar - Serás mis ojos y oídos con Chamkimha y Nita... es una orden- fue lo último que dijo, lo mire con odio, pero debía seguir fingiendo que yo hacía todo lo que él ordenaba, le afirme con la cabeza y salí de su oficina, tenía todo menos ganas de hablar con ese tipo, y si él quería cumplir con mi hermano él debería vigilarme, no yo andar buscándole.

Entre a mi habitación dando un portazos, estaba emputecida por la actitud de mi hermano, y sentí como me tomaban de las manos y me torcían un brazo, trate de safarme pero el agarre era muy fuerte, me empujo a la cama y sentí una rodilla en mi espalda seguido de unas esposas en una de mis manos, y sentí como se tiraba encima mío - Estás condenada para siempre!...- susurró en mi oído y me giró rápidamente para esposar ambas manos sobre mi cabeza, apenas pude defenderme cuando sentí como atrapaba mi boca con la suya y sin darme la oportunidad de negarme introducía bruscamente su lengua en mi boca, me presionaba una de sus rodillas la entrepierna y con sus manos comenzaba a tocarme por todas partes, me subió el top que traía y lo coloco a la altura de mi ojos, me quito el brasier con un solo movimiento, cegándome, sentía como mi cuerpo comenzaba a reaccionar a tu tacto, se apartó unos segundos y sentí algo muy frío en uno de mis pechos que me hizo gemir y moverme, sentí como ese cubo de hielo pasaba de un pecho a otro y subía hasta tocar mis labios, ella lo tenía en su boca, me lo introdujo en la boca y siguió tocándome, me desabrocho el cinturón, el botón y el cierre del pantalón, a esta altura estaba tan excitada que me dejaría hacer lo que quisiera, bajo con el hielo nuevamente a mis pechos y por mi abdomen hasta mi pelvis, me separo las piernas con ambas manos y sentí como eses trozo de hielo era depositado directamente en mi centro - Dios Nita!...- le grité.

Sentí cómo se abrió de golpe la puerta haciéndome despertar - Salimos en 10 minutos...- grito Nop desde el umbral de la puerta, Nita se levantó de golpe y le tiró una zapatilla haciéndolo salir - Púdrete Ratchanon!...- le grito la morena - realmente lo odio...- me dijo y me acerqué hacia ella besándola suavemente, prácticamente desde que volví a estar bajo el cuidado y la custodia de mi hermano estaba con ella, y es lo mejor que me ha pasado acá adentro - tampoco lo soporto, pero bueno... son ordenes - le dije haciéndole un pequeño puchero, ella movió su cabeza y cogió una toalla dispuesta a irse a la ducha - ¿Nita?- la llame antes que saliera de la habitación - ¿Podrías soltarme?... - le pedí mostrándole las manos, ella se rió y busco en sus pantalones, se acercó colocando una rodilla en la cama y me besó - jamás...- susurro besándome nuevamente, haciendo que todo en mi interior se retorciera, esa boca y esos besos que daba me tenían loca desde el día uno, con drogas o sin ellas, hemos probado de todo lo existente, tanto que no creo ser capaz de sentir tanta euforia y química con alguien más.

Nuestra misión de hoy era vender pilas, hongos e incluso cocaína en una fiesta universitaria, de una de las universidades más caras de la ciudad, así que estos niñitos ricos pagaban lo que fuese por perderse unos minutos, con Nita pasábamos desapercibidas como universitarias, mi novia era muy guapa y no me considero un mal partido, por lo cual solíamos atraer y dar confianza a las distintas personas, era fácil hacer correr el rumor de quienes comercializábamos, normalmente salíamos con dos o tres guardaespalda que nos cuidaban fuera del local, más de una vez nos tuvieron que sacar a balazos de algún evento, ahora además teníamos al perro faldero siguiéndonos desde cerca, le di un rápido beso a Nita y me fui al segundo piso a vender un poco de drogas, se acercaban como hormigas a un Terron de azúcar, se notaba que algunos eran inexpertos, y también tuve que darles algunas indicaciones para que estos hijitos de papá no se fueran a matar por mezclarlos con dosis exageradas de alcohol. Al cabo de una hora no tenía nada más de mercadería, mire a Ratchanon y el me indicó que bajaría, debíamos ir a ver cómo estaba Nita para ya irnos, admito que siempre odie cómo coqueteaba con chicas para vender mercadería, y detestaba lo que estaba haciendo en este minuto. Había una chica castaña con rasgos que no parecía ser asiática,  de gafas y un poco más baja que yo, bailando  muy cerca de ella, la chica le hablaba al oído, y Nita le respondía, la acercaba a ella desde la cintura, y la castaña tampoco se resistía mucho, Nita se sacó algo del bolsillo y se lo mostró a la chica, está abrió la boca y los dedos de la morena permanecieron en su boca rosando su lengua unos segundos, ella iba a beber de su trago pero Nita le negó con la cabeza y le alcanzo una botella de agua, le volvía a decir cosas al oído besándole la mejilla, la chica se alejó solo porque un grupo de amigas la llamo, me quedé viendo unos segundos a mi novia hasta que ella se percató que la estaba observando, me sonrió y me indicó que estaba limpia, se acercó a mi e intento besarme pero le moví la cara evitando el roce tentador de sus labios - ¿Qué fue eso?- le reclame, y ella me tomó de la mano para sacarme del lugar - El señor Sarocha me ordenó ir por el pescado grande... la chica es hija del jefe de Investigaciones, el alguacil Armstrong - me comentó con mucha naturalidad, sentí como mis piernas temblaron y se me apretó el estómago con el solo nombre de ese hombre- la quieren cerca, y eso hago... le entrego regalitos hace semanas a la chica, es solo eso, es tan estúpida e inexperta que tengo que cuidar que no se mate por si misma antes que Asavarid haga lo suyo - dijo volviendo a besarme con esa maldita intensidad que hicieron que en un segundo, volviese a tranquilizarme.

Su adicción, mi perdición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora