❖ ── ✦ ──『🌹』── ✦ ── ❖
Cale Henituse y Raon Miru murieron. Todo fue por culpa de la Estrella Blanca que se hizo estallar después de ser apuñalado.
En otro mundo, Cale y Raon crearon el caos, estafaron a los malos, los saquearon y convirtieron cada c...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
────────ೋღ 🌹 ღೋ────────
[Faltan 20 minutos para que se active el tercer escenario]
Se escuchó el sonido de gente bajando las escaleras. Lee Hyunsung, Lee Gilyoung, Yoo Sangah... Al ver sus expresiones oscuras, el resultado fue el que Kim Dokja esperaba.
Raon salta al suelo y corre hacia su humano.
- ¡Humano! ¡Kim Dokja almacenó su información en su teléfono inteligente!
Raon le explicó a Cale todo lo que sucede a través de la telepatía. El rostro de Cale permaneció inalterado durante todo el asunto.
"¿Ah, sí? Entonces, ¿ni siquiera la constelación puede verlo?", dijo Cale con diversión en los ojos.
Kim Dokja no se centró en el dúo humano-gato porque Yoo Sangah abrió la boca con una expresión sombría.
"Habitación... no había ninguna"
"Está bien. Más bien, ¿dónde está Heewon-ssi?"
"¿Está intentando negociar arriba?"
En ese momento, Jung Heewon saltó con un grito terrible.
"¿Una noche son 2.000 monedas? ¿Están bromeando ahora? Voy a darles a todos".
El agitado Jung Heewon resopló y dijo:
—Dokja-ssi. ¿Sabes lo que está pasando arriba? No...
“De repente aumentaron los impuestos, ¿no?”
—Eh... ¿Ya lo sabías?
"Predigo que harían eso" Jung Heewon asintió con comprensión.
No era extraño que aumentaran los impuestos. En tiempos de desastre es cuando la gente estaría lo suficientemente desesperada como para pagar cualquier cantidad por seguridad.
"¿Dokja–ssi y Raon encontraron algo?"
"No, no lo hicimos"
"¡No hicimos nada! ¡Simplemente nos quedamos aquí parados mientras la gente nos gritaba!"
La sonrisa de Kim Dokja vaciló. Cale se rió entre dientes. No podía hacer más que dejar que el adorable dúo de dolores de cabeza se fuera.
"Ah..."
Kim Dokja examinó sus rostros uno por uno. Al final, había llegado el momento de elegir.
