SWEET LIKE CHOCOLATE (Willy Wonka x Gabriella Ortega)

ABIGAIL (pt .1)

Gabriella:

Mire a Willy confundida.

- ¿Y para que quieres salir otra vez? - Pregunte - Acabamos de salir hace dos días, pueden atraparte. -

- Pues a vender chocolate. ¿Que más? - Explicó Willy.

Era de noche y estábamos en su habitación. La noche anterior fue la noche en la que vimos las estrellas, y en la que me abrazo. Pero no quería hablar de eso en este momento.

Me senté en la silla de madera que había en su habitación, mirándolo.

- Así que planeas irte en el carrito de ropa de Noodle, ¿no es así? - Cuestione.

- ¿Planeó? Si. Pero no solo. - Contó mientas se recargaba en la mesa que había, aún lado de mi.

- Entonces con Noodle. - Respondí.

- Creo que no estas entendiendo. - expreso - Si te lo estoy diciendo a ti es por que quiero que vengas conmigo. También le conté a Noodle y ella acepto. - El rizado reveló.

Me quede algo sorprendida. Desde que lo conocí nunca había usado un todo tan frío como ese, ¿estará molesto conmigo por algo?

- Ya veo... - Conteste - Me apunto, pero solo para cuidar a Noodle. - Añadí.

Me levante y me dirigí a la puerta, pero antes de salir mire de reojo a Willy, que estaba preparando unos chocolates en la mesa.

- Buenas noches, Willy. - Dije antes de salir.

El solo me ignoro y continuó la fabricación de los chocolates.

Auch.

Willy:

Creo que fui demasiado frío con ella, se que Gabriella no tiene la culpa de que los chocolates no salgan como quiero, no tengo ninguna razón contra ella para tratarla así.

Después de varias horas al fin había terminado mis chocolates, así que me recosté en la cama de mi habitación, tengo un plan en mente que compartí con Noodle pero con Gabriella no. Así que mañana le diré.

Amanecí con los gritos de Lejia por todo el hotel, vaya despertador. Me puse mi abrigo y tomé mi bastón para bajar.

Iban a tomar lista, así que si no estábamos, nos iba a ir mal.

- ¡Pipa! - Dijo Fregoso.

Y así fue tomando lista, pasaron también Gabriella y Noodle.

- ¡Wonka! - Y por último, yo.

- ¡Lejia, se volvió a tapar el baño! - Se escuchó como la señora Fregoso gritó desde el tercer piso, amaneció muy molesta al parecer.

- Oh, wow. El inconfundible sonido del amor... - Admití mientras entraba a la lavandería.

- ¿El que? - Pregunto Lejia confundido.