Voz

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Sentía todo su cuerpo entumecido, como si un muro se le hubiera caído encima. Ni todos los ataques que habia recibido durante sus duelos y observando a los animales de la naturaleza le produjeron tanto dolor.

Lentamente abrió sus ojos.

Su visión distorsionada, gradualmente fue mejorando y definiendo la habitación. Al mismo tiempo que sentía un peso sobre su pecho y un dolor agudo en sus pies.

No estaba solo.

Poseidón estaba ahí. Su cabeza reposaba en su pecho. Estaba dormido. Sasaki pensó por un momento en su próximo movimiento. Su pulso acelerado delataba sus deseos de escapar.

-"Es posible, puedo salir de aquí y ... - pensó antes de que su precognición le mostrara unos veinte escenarios posibles y con el mismo resultado: Poseidón despertaría y tomaría represalias.

Decidió ir por el camino convencional. Se levantó con cuidado, apenas ejerciendo fuerza sobre la cama. Logró quedarse sentado sobre ella pero la sábana que lo cubría se movía amenazando con caer. No le dió importancia. Llevó una de sus manos a su propio cuello. Una punzada lo estremecía. Aún la sensación del agua en la garganta estaba presente.
Era la primera vez que se ahogaba. Nunca había pasado por algo así y no sentía miedo. Solo dolor.

Respiró hondo. Debía intentar hablar. No quería pensar en la posibilidad de estar gravemente herido. Abrió sus labios para hacerlo, aunque sea mínimo, quería pronunciar algún sonido. Pero un ardor indescriptible se deslizaba por sus cuerdas vocales. No pudo. Su voz..... no pudo oírla.

Inconscientemente se removió en su lugar, lo que hizo que Poseidón despertara.

El dios había pasado gran parte del día cuidando del humano pero su agotamiento no era físico sino más bien mental y emocional. Sasaki estuvo a punto de morir en sus dominios. En un instante sintió  su mundo derrumbarse ante ese hecho. Si no hubiera estado ahí, cerca, posiblemente estaría muerto. Las almas del Valahalla aún pueden desaparecer y era una tarea titánica encontrarla.

Llevó al humano con rapidez a su propia habitación. Sus sirvientes vieron la angustia y la ira en él. Muchos quisieron tratar al samurái pero cuando se acercaron a tocarlo,  el dios lo impidió con su tridente. No quería que ningún sirviente estuviera cerca de él. Ni siquiera Proteo.

El dios vió a Kojiro sentado a su lado, con sus manos sobre su cuello. Rápidamente se acercó.

-¡Sasaki! - exclamó. Sus manos se dirigieron hacia el humano y habían terminado envolviendo el rostro del samurái .

Kojiro pudo sentir el temblor en aquel toque. Un temblor torpe, como el de un niño con miedo.

-"Poseidón" - trató de decir otra vez pero sin éxito.

El tirano de los mares reconoció el dolor en su rostro.

-No hables.... aún no puedes hacerlo - dijo con tono amble y cariñoso.

El recuerdo de Sasaki perdiéndose en las profundidades lo asaltó. Poseidon sintió desesperación. Estuvo a punto de perderlo. Una vida sin Sasaki, no podía imaginarla.
Bajó su mirada hacia el suelo. Las manos sobre aquel semblante descendieron hasta los hombros y la espalda del humano. Era una abrazo medido que intentaba mantener.

El samurái colocó una de sus manos en el brazo del dios. Aunque Poseidón había cometido muchos errores, sabía que lo sucedido lo estaba afectando enormemente.

Poseidón levantó la vista al sentirlo. Esa calidez, nadie podía tenerla. Solo su ex-rival lo calmaba sin esfuerzo.
Sus ojos se perdían cada vez más en la mirada mortal.

-"Si tan sólo pudiera..."- pensó acercándose.
Necesitaba más. Acortó la distancia y besó con firmeza al einherjar.  Cuando tocó aquellos labios, sintió tranquilidad, le transmitieron cierta calma. Eran la prueba que Sasaki estaba vivo y junto a él.

Sasaki se tensó al instante, rapidamente trató de empujarlo con sus propias manos empujaba al dios en un intento fallido de alejarlo, pues su fuerza no se podía comparar con la del tirano de los mares.

Poseidon sabía que su humano no correspondía.  Aumentó la presión provocando que cayeran sobre la cama. El dios estaba encima de Sasaki y sus cuerpos se rozaban entre sí. El tirano besaba gran parte de los labios del samurái. Sin embargo, Kojiro seguía luchando. Con su mano izquierda, el dios sostenía las manos del mortal. Con la derecha, se abría paso entre la ropa, para tocar finalmente el pecho y acercarse a zonas más sensibles.

Al mismo tiempo, sus labios se deslizaban sobre la clavícula del samurái. El dios estaba sumido en sus instintos. Ignoraba todos los esfuerzos de Sasaki. El sabor de su piel y sus labios, los pequeños temblores bajo su cuerpo, todo era tan hermoso y perfecto.

En ese momento, empezó a desvestirse también. No sería brusco con su humano, después de todo estuvo al borde de la muerte. Pero no sabía si su autocontrol podía mantenerse ante la tentación de hacerle el amor a Sasaki.

-"No lo hagas" - pedía internamente el humano. Las caricias de Poseidón iban en aumento y sentía como su propio cuerpo rechazaba cada contacto. Se estremecía, evadía sin éxito aquellas caricias -"No... Poseidon, Yamero...."

-Sasaki - llamó el dios mientras lo besaba - no puedo perderte... Déjame tenerte, por favor - suplicó entre jadeos el inmortal.

Pero el humano llegó a su límite. Con todas sus fuerzas, las pocas que aún le quedaban, liberó una de sus manos del agarre del dios y golpeó a Poseidón en su rostro.

Sorprendido, el inmortal se detuvo.

Sasaki respiraba con dificultad pero sus mirada ardía amenazante.

-Ale....jate.... De mi- dijo con pesar el humano. Su voz se quebraba con cada palabra. El esfuerzo que había hecho era como mil espadas clavarse en su garganta.

Poseidón apretó su mandíbula sin dejar de mirar fijamente al mortal. La voz de Sasaki estaba sufriendo.

-Sasaki... - susurró el dios - por favor... déjame amarte...

-No... no puedo... - expresó el humano manteniendo su mirada en el dios.

En ese instante, Poseidón se acercó bruscamente y apretó con fuerzas el cuello del humano para después estrecharlo sobre el respaldar de la cama. Sasaki no pudo reaccionar y un dolor intenso se extendía por su espalda. 

-Te di tiempo. Intenté conquistarte y conocer el mundo en el que viviste. Todo lo que vivimos después del Ragnarok.... Hice todo lo posible para que creyeras en mi, Sasaki - aumentó su fuerza - pero sigues .... Sigues rechazandome por él. ¿Crees que no me doy cuenta como suspiras por Hades cuando estás solo?¿ Cómo susurras su nombre entre sueños cuando al fin logras dormir? - exclamó el dios con ira.

Sasaki se removía en aquel agarre. Apenas podía respirar pero cuando escuchó  aquel reclamo sabía que ya no podía soportar más.

-Po..sei..dón... Yo... lo amo... Amo a Hades-san - confesó apenas audible el humano -  le prometí... le dije... que quiero....ser feliz con él - dijo finalmente Sasaki Kojiro mientras su voz se apagaba y su cuerpo se desvanecía completamente sobre aquel lecho ante la mirada preocupada y anhelante del tirano de los mares.

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