XI. Extra. Cena

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Durante el fin de la primavera, Lan WangJi recibió una visita de su tío en Jingmen.

Su hermano mayor resplandeció frente a la opción de reunirse para cenar juntos. Se ofreció el departamento de WangJi como sitio de reunión.

Esa noche preparó una olla caliente de Huo Guo. El calor del caldo suave fue bienvenido para una tarde gélida. Aunque la primavera pronto daría paso al verano, en Jingmen las temperaturas permanecieron bajas y los cielos nubosos flotaron sobre sus cabezas en un blanco inmaculado.

Tomó chok boi, una combinación de verduras ralladas y cortadas en cubos, incluso trozos de carne magra y ligera.

Mientras sorbía parte de su sopa, añadió fideos a la cacerola, y su hermano expresó con entusiasmo sus planes de salir de viaje aprovechando el cambio de estación.

Su tío QiRen torció la boca al quemarse con la espinaca caliente, y se interesó de los planes. Pero aún lidiaba con las secuelas de su enfermedad, y no siempre se le recomendó el viaje en avión. Incluso si Lan Huan le invitaba a ir con él, tendría que mediar la situación, y advirtió preguntar al cardiologo en su próxima visita antes de dar una respuesta.

WangJi estaba ocupada con el trabajo, sus vacaciones no llegarían pronto. Los fines de semana estaban cubiertos, al menos la mayoría de ellos, por lo que, consideró proponer a su hermano mayor una salida para finales de año.

"Podríamos visitar Shaanxi, me gustaría visitar Monte Huashan. Escuché que se lo llama la [montaña de las flores]".

"Mn, suena bien".

Una vez que la conversación se desvió a su vida personal, terminó de masticar el hongo ostra y la raíz de loto, pasó los restos con un trago de agua, y señaló: "Comencé a salir con alguien".

"Oh, eso es genial, meimei, ¿de quién se trata?"

"De Wei Ying".

Escuchó a su tío atragantarse con un bocado de daikon, y su hermano resplandeció con complicidad. Ambos ignoraron al anciano indispuesto, aunque sirvieron té en su taza para facilitar la deglución.

"¿Cómo está Wei WuXian?", inquirió Lan Huan.

"Wei Ying está bien. Tiene una buena vida". Se limitó a decir.

"No esperaba que volvieran a encontrarse. Di, WangJi, ¿como re contactaron?"

"Me envió una carta".

"¿Vive en la ciudad? ¿por cuánto tiempo se han estado viendo?"

WangJi no pasó por alto la curiosidad de su hermano. El disgusto de su tío. No un disgusto real. No como en el pasado. Él ya no tenía control sobre sus decisiones. Su indisposición partió en que, desde que terminó su relación de un par de años con Song Lan, ningún prospecto había sido lo suficientemente bueno para recibir su aprobación. WangJi supo que pronto lo olvidaría.

Tras hacer un breve recuento sobre la situación actual, Lan Huan se abrazó a ella, consciente del amor de infancia que le persiguió durante un tiempo, y vitoreó por su felicidad.

Después de todo, en el pasado, ambas jóvenes habían separado sus caminos debido a las negativas de su tío. No porque sus sentimientos hubiesen corrido en direcciones contrarias. Fue bueno saber que hubo opción para darse una segunda oportunidad en un entorno más equilibrado y estable.

XiChen era un romántico, aunque él mismo no tenía intereses en el amor, y mantuvo parejas ocasionalmente. Cuando se trató de WangJi se convirtió en un apoyo y estuvo ahí en momentos buenos y malos, así que no se extrañó por su emoción.

"Me imagino que Wei WuXian te hará cambiar de opinión en la idea de casarte".

"Tio...", regaño XiChen. Aunque el tono del anciano no fue desdeñoso. Era antipático, pero se mostró más cálido con sus sobrinos a quienes consideraba sus hijos.

WangJi negó. "No, shufu. No me interesa el matrimonio. Además, Wei Ying ya está casada".

"¡¿Casada?! ¿Cómo es posible? ¿Es alguna de esas locura de los jóvenes modernos de hoy en día? ¿Estás saliendo con una casada en alguna de esas relaciones extravagantes? ¡Qué locura!"

Tarareó encogiéndose de hombros, colocó tofu firme y shiitake en el tazón de su tío y hermano. "Mn".

Tras el interrogatorio breve de su hermano, salió la verdad a la luz, su tío se tranquilizó mostrándose comprensivo a las circunstancias de Wei WuXian, dejó ir la neurosis sobre el tema.

Lan Huan: "Meimei, deberías invitar a WuXian a cenar la próxima vez que se encuentre en la ciudad. Prepararé algo para ella y su hijo".

"Lo comentare".

Escuchó a su tío musitar entre dientes un 'los ancianos hablaran de esto'.

'Que hablen lo que quieran', pensó con una sonrisa entre labios. 

Una sonrisa para borrar tus lágrimasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora