Aprendiz: La vida es nuestra maestra.

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Los personajes de Saint Seiya no me pertenecen, son propiedad de Masami Kurumada. Los personajes extras así como la trama entera del fanfic sí son de mi pertenencia y de hecho les saque derecho. Disfruten el fic. La letra es una traducción de la canción hecha por mí, así que no es la letra original, no estoy infringiendo los derechos de autor de ninguna canción. Y lo aviso porque luego fanfiction se pone quisquilloso, pero aquí no tienes reclamo FF. Fic Protegido por SA, DMCA e INDA.

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LA VERDAD TRAS LA ROSA

Aprendiz: La vida es nuestra maestra.

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 Sólo una enorme mancha negruzca en medio del bosque

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... Sólo una enorme mancha negruzca en medio del bosque. Tomó algo de la tierra negra entre sus dedos. No era la tierra natural del lugar. Más parecían cenizas vueltas polvo y barridas por el tiempo y los temporales. El bosque parecía desquebrajado, la línea de los arboles parecía haber sido tajada de forma violenta, más no por taladores, sino por algún evento natural, tal vez...

Artemis recorrió el lugar pero no encontró rastro de edificación alguna, ni siquiera cimientos, parecía ser verdad que Löwenhielm no era más que una propiedad en algún cuento de hadas...

Caminó por el terreno irregular y desde una parte alta divisó de nuevo la enorme mancha de tierra negra, ahí al centro donde parecía faltar un pedazo de bosque. Era extraña, muy extraña. Entonces una idea llegó a su mente.

Artemis no podía comunicarse con las plantas a través de sus vibraciones, pero en cambio, poseía la mágica habilidad de leer en los ropajes de las dríadas. Artemis era un habilidoso derwydd "vidente del roble" quien como los antiguos druidas podía leer en las cortezas de estas.

Todo lo que sucede en los parajes salvajes de los hombres los vientos lo recogen y lo llevan donde las hamadríadas, las hadas de los árboles que danzan con los vientos llenos de emociones y acontecimientos, transformándolos en bruma que estalla en lluvia de cuentos. Es esa lluvia que, convertida en limo, escribe historias y leyendas sobre la corteza de los vestidos de las dríadas, hermosas mujeres de piel verde como la manzana y cabellos esponjosos y salvajes como las ramas, de las cuales a su muerte queda el registro de la naturaleza en el interior de los anillos de los arboles donde habitaron. Esas cortezas eran libros vivientes y Artemis sabía leer de ellos.

De las dríadas, podía ver y sentir lo que estás habían presenciado y sentido en el pasado, todas las historias que tenían por contar. Los árboles, los centinelas del bosque, guardaban información de lontanos tiempos, algunos incluso de tiempos inmemoriales para el humano.

La Verdad Tras la RosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora