La historia de un gatito callejero

5 5 7
                                    

En una noche fría y lluviosa, una gata de pelaje gris atigrado urgaba en un basurero en busca de comida para ella y su pequeña cría.

Sacó un trozo de carne vieja del cesto y en un gran salto la llevó hasta su hijo.

Observó a su gatito comiendo con mucha hambre aquel pedazo de carne.

—Hijo —Llamó la atención de su pequeño— A partir de este momento te enfrentarás a una vida muy dura tú solo.

El pequeño levantó la cabeza y miró a su madre.

—Pero ¿por qué? —Preguntó— Si te tengo a tí para cuidarme, mamá.

—Yo no estaré toda la vida pequeñín —Observó con tristeza a su cría— Ya soy vieja, he vivido toda mi vida en la calle y pasé por muchos riesgos para esconderte, y a pesar de todo, no pude proteger a tus hermanos.

—¡Mamá no me dejes! —Exclamó el gatito llorando.

—No quiero que vivas toda tu vida en la calle. Espero encuentres unos humanos de buen corazón que te cuiden —Ronroneó acariciando a su pequeño con la cabeza— Pero sé muy bien que la vida no es tan fácil, te enseñaré a buscar comida, a cuidarte de la fría lluvia, a cazar cuando no encuentres alimento, pero sobre todo, te enseñaré a protegerte de la maldad que habita en algunos corazones humanos.

—¿De la maldad de los corazones humanos?

—Si pequeñín. De todo podrás sobrevivir sin problemas. Pero de la maldad de ellos no sobrevivirás si te topas con los malos —Recordó algo doloroso de su pasado y continuó la historia— Ellos dan golpes, maltratan, en ocaciones te quitan la vida para darle de comer a otros, chocan sus autos contra nosotros y muchos nos envenenan.

—¡Mamá nunca me dejes! —Comenzó a llorar el gatito— ¡No quiero vivir en un lugar así sin tí!

—Ya es tarde mi pequeño —La gata se acostó en el suelo dando su último aliento— Espero encuentres alguien de buen corazón y sobre todo, espero puedas protegerte de los malos como los que le quitaron la vida a tus hermanos —Cerró sus ojos suavemente—, y envenenaron a tu madre.

El gatito comenzó a llorar sobre el cuerpo de su madre ya sin vida.
Tenía mucho miedo, y sabía que ahora estaba solo.

La fuerte lluvia le mojaba el pelaje, haciendolo temblar de frío. Pero no se fue de allí, durmió con ella por última vez.

Pasaron los meses y aplicó todo lo enseñado por su madre. Intentaba sobrevivir cada día por ella, estaba seguro de que no hubiera querido que él muriera luego de tanto sacrificio por criarlo.

De día buscaba comida o casaba ratas de la calle, de noche dormía en el lugar donde conoció la cara de su madre y la de sus hermanos que partieron antes que él y en la lluvia se protegía bajo aquel telón de su nido lleno de basura.

Hasta que escarbando en un cesto de la basura, una niña lo encontró. Sus ojos grises se toparon con los azules de la pequeña. Y por alguna razón, sintió un gran alivio.

La pequeña siempre había querido una mascota, pero su madre decía que los animales de las tiendas estaban bien cuidados y había otros que lo necesitaban más.

La niña le mostró a su madre el gatito, y esta le permitió adoptarlo con la condición de que debía cuidarlo y darle todo lo necesario.

Él fue muy feliz por el resto de su vida con su dueña, pero era más feliz porque había cumplido el deseo de su madre: que encontrara a un humano de buen corazón.

600 palabras.

La historia de un gatito callejero. (One Shot) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora