¿Cómo vivirían un amor secreto?
Vincent y Evangeline se conocieron en el primer baile de la temporada.
Él como guardia real, ella como la Heredera al trono. Pero ambos tenían un obstáculo.
Una relación de sentimientos profundos y momentos fugaces...
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1: A million little time
Yo amaba a mi esposa, en serio lo hacía.
Pero cuando comencé a trabajar en el Castillo algo cambió en mi relación con Ellinor. Era muy distante, o yo lo estaba, no lo sé…
Tal vez la razón sea la princesa, que no dejó mi mente los primeros 3 meses que trabajé en el palacio.
Era castaña, de ojos oscuros, tenía una sonrisa que iluminaba cada lugar que pisaba. Era magnética.
La odiaba por no poder sacar los ojos de ella. Hasta podría decir que Su Majestad, La Reina Michelle odiaba que recibiera tanta atención.
La conocí personalmente en el primer baile de la temporada.
Estaba preciosa, con su vestido verde esmeralda y sus joyas de color oro.
Parecerá muy cliché, pero ese día chocamos. Allí me reconoció. Un simple guardia, pidiendo clemencia a su ama, mientras una ronda de baile se daba en el centro del palacio.
—Discúlpeme Alteza. No volverá a suceder. ¿Usted está bien?
—No se preocupe caballero, yo estoy bien.
—¿Segura? puedo mandar a una enfermera a que la revise si es necesario.
—No, estoy en perfecto estado. Solo fue un accidente, aunque gracias por su atención.
Es más ¿le gustaría bailar una pieza conmigo?
—¿Usted me lo está pidiendo?
—Así es.
—ehh claro, sería un honor Alteza.
Justo había terminado la ronda de baile. Era mi momento.
Entregué mis armas a mi compañero y le cedí mi brazo a la princesa para que se apoyara, para partir a la pista.
La gente estaba extasiada.
¿Qué hacía un guardia bailando con la Heredera al trono?
Comenzó la música, puse mi mano en su cintura y ella en mi hombro y comenzamos a movernos.
—¿Cómo es su nombre?—preguntó la princesa.
—Soy Vincent Bechtel, a su servicio Alteza.
—Bueno Vincent, le agradezco por haber aceptado mi oferta. Me haz salvado de una junta muy aburrida, con el gabinete de Economía.
—Entonces me da gusto estar a su servicio, su alteza.
—Para mi, es un Honor haberlo conocido señor Bechtel.
Allí terminó la canción. Dando por terminada la charla. Dimos una reverencia y dejé un castores en el dorso de su mano, como despedida.
Entonces la princesa susurró:
—Ah Vincent, tuteame la próxima vez que me veas— para salir de la pista, dejándome congelado en el centro de esta.
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Holaaaaa, espero que les guste esta nueva historia.
Tengo para decir que al igual que The Last Time, será una historia corta, con capítulos cortos.
Eso es todo, agradezco el apoyo y FELIZ AÑOOO.
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