15.

3.2K 330 253
                                    

Ya estoy en casa, Cejitas.

Enviado a las 21:30 pm.

Visto a las 21:33 pm.

Ya me estaba preguntando si verdaderamente aparecerías,
Tsh Marimo estupido.

Enviado a las 21:36 pm.

Visto a las 21:37 pm.

Callate, ah.

¿Me estabas esperando?
No te hubieras molestado, y hubieses empezado antes.

Enviado a las 21:40 pm.

Visto a las 21:42 pm.

Tsh tú cállate.
Vamos a cenar juntos, no des tantas vueltas, hombre idiota.

Enviado a las 21:42 pm.

Visto a las 21:44 pm.

¿A QUIÉN LLAMAS IDIOTA? IDIOTA

Me irritas, cocinerito de pacotilla.

Enviado a las 21:45 pm.

Visto a las 21:46 pm.

"Cejitas Reaccionó con ❤️ al mensaje enviado de "Me irritas, cocin..." ."

JAJAJJAJAJA
Tú tampoco me agradas, tonto de primera.

Enviado a las 21:47 pm.

Videollamada entrante de "Cejitas"

¿Deseas aceptar?

(Si.)  No.

.
.
.

Lo primero que observo aquel cocinero, era a aquel enorme hombre aún con ese traje policial, provocando que eleve una de sus cejas por lo curioso que le fue verlo así.

— Oi Zoro, ¿Ni siquiera te has vestido? — Pregunto; aún que era verdad que nunca lo había escuchado seguir trabajando hasta tan tarde, pero aún así un ligero sentimiento de reconfor le llenó el corazón al percatarse que le escribió apenas piso su hogar y ni tiempo de vestirse tuvo. — Te queda bien, te hace ver menos idiota. — Bromeó con una sonrisa y provocó un regañó de esos labios.

— Tsh cierra esa boca, cejas enroscadas. —Se quejó soltando un enorme suspiro, sentía el cansancio en sus hombros; en otra situación, se hubiese ido a dormir sin más, ni ánimos de cocinar tenía; pero quería no dejar sólo a ese estúpido chico. — Ah, deja que abra una cerveza y empezamos, niñato.

Aquel peliverde dejo el celular en la posición de siempre para cocinar, y dicho y hecho saco una lata de cerveza de esa heladera, abriéndola y tragando con sed. Sanji, al presencia esa escena, sólo pudo admirar esa nuez de Adán tan definida moverse cuando ese oficial tragaba, inclusive esas manos de Zoro se veían enormes al sostener esa lata, aunque era de admitir que ya había notado que el tamaño de ese hombre era descomunal, y mas las de sus manos por las veces que lo vio sostener las cuchillas al cocinar.

CHAT ZOSAN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora