It is fine not to be fine love || Han Seo Jun || Belleza Verdadera

〣╹CAPITULO XVIII╻〣

Capitulo 18.

Lee Yeong-seo.

Me recargo en el hombro de Suho mientras el maestro explica lo que haremos hoy.

—Lo haremos hoy, será buscar un tesoro, ¿Bien?—el profesor comienza a repartir mapas para la búsqueda, pero no me siento bien muy bien para hacerlo.

—¿Estas bien, Yeo?—me pregunta mi hermano, yo niego con la cabeza.

—Descansaré un poco y luego volveré—le doy una sonrisa pequeña y me alejo de todos para hablar con el profesor—. Señor Han, no me siento muy bien.

—¿Oh, en verdad?—el me mira y toca mi frente—Tienes fiebre. No te preocupes, ve a descansar y mandaré a alguien a llevarte un medicamento.

Le hago una reverencia y me alejo de allí, para caminar al autobús y descansar allí, ya que era un lugar apartado, era el único lugar sin ruido.

Me siento en un lugar con visibilidad a la ventana y solamente me recargo en el vidrio.

Mis ojos pesan y mi cuerpo se siente cansado, así que solamente cierro los ojos y lo último que veo es negro.

....

Han Seo Jun.

Busco con la mirada a Yeong-seo para decirle que busquemos juntos el tesoro, pero no la veo por ningún lado y eso me preocupa.

Me acerqué al profesor para preguntarle seguro y él sabía.

—Disculpe, ¿ha visto a Yeong-seo?—el profesor asiente y me entrega unos medicamentos.

—Dale esto por favor—asiento y me voy corriendo a buscarla.

Se enfermo ayer por caer al agua.

Ay Yeo, todo por mi culpa...

Quería besarla y terminé tirándola al agua, que romántico eres, Seo Jun.

Llegó al autobús y la veo recargada en el vidrio de la ventana, sus ojos están cerrados así que supongo que está dormida.

Me subo rápidamente y me acerco a ella, lo primero que hago es tocar su frente, la cual está ardiendo de fiebre.

Me siento a su lado y le tocó suavemente el hombro.

—Yeo, tomate esto—ella despierta y toma la pastilla de mi mano, para después beber agua y volver a cerrar sus ojos, pero lo que no espero, es que se inclina levemente y se recarga en mi hombro.

Para después pasar su mano por mi cintura y abrazarme.

—Tengo frío—susurra mientras me abraza, así que me quito la chamarra y se la pongo encima—. Que calientito—susurra mientras sonríe, esa sonrisa adorable que me hace poner nervioso y acelera mi corazón.

Trato de levantarme para dejarla descansar, pero no es que quiera tampoco, además de que ella no me deja.

—No te vayas, quédate conmigo—sus palabras me hacen quedarme quieto, mientras ella se aferra de mi y entonces acarició su cabello mientras acomodó un mechón detrás de su oreja.

—Claro que no me iré, yo siempre te cuidare, linda—ella sonríe ante la manera en la que la llamé y solamente se queda dormida de nuevo.

¿Por que se me hace tan difícil decirte lo que siento?

Por que nunca me había sentido de esta forma y me asusta el hecho de que tú no te sientas igual.

Por que si te digo lo que siento y me rechazas, te sentirás tensa conmigo y yo no quiero eso, no quiero que te alejes. Por que aunque a mí mismo me sorprenda eres todo en este maldito mundo para mí.