|Hola, cómo están? Lamento la tardanza en actualizar, en enero tuve un accidente y una de mis manos se llevó la peor parte, tuve varios cortes y demás pero ya estoy bien. Aquí vengo regresando con todo, espero disfruten de la lectura! <3|
Perdón por las faltas de ortografía, solo avísenme si leen alguna.
Lea
Despierto desorientada y con dificultad trato de abrir los ojos, lo cual se me hace muy difícil pero logro mantenerme despierta. No sé dónde me encuentro pero percibo un olor limpio y agradable. Hace frío pero la cama donde estoy acostada se siente cómoda y calentita.
Mi cuerpo pesa y se siente dolorido, intento levantarme de la cama pero entonces siento un fuerte dolor en una de mis muñecas, al verla noto unas esposas sujetando mi mano al respaldo de la cama.
El pánico comienza a colarse por mis entrañas y como puedo calmo mi respiración para no tener un ataque de ansiedad o alguna crisis nerviosa. Lo que no puedo evitar son los sollozos que comienzan a escapar de mi boca, las lágrimas bañan mis mejillas y así estoy durante unos minutos hasta que alguien entra a la habitación.
-Maximiliano...- susurro su nombre casi sin poder creerlo.
-Despertaste, preciosa mía- sonríe y deja una bandeja repleta de comida sobre la cama.
-Déjame ir, por favor... No diré nada- su sonrisa se borra y con una de sus manos ejerce presión en mi cuello.
-Quise hacer las cosas bien contigo pero me engañaste para huir de mí- recuerda.
-Te lo ruego...-suplico con la voz entrecortada a causa de la falta de oxígeno.
-Esperé tanto por éste momento, desde que te vi me volviste loco. Deseaba a cada maldito segundo tenerte para mí, en mi cama, quería en todo momento escucharte gemir mi nombre - afloja su agarre en mi cuello pero su rostro se acerca más al mío- Ésta vez no escaparás de mí y aquí nadie nos encontrará.
-Estás enfermo- escupo en su rostro y él abofetea mi mejilla con fuerza, sollozo cuando noto mi labio inferior abierto y unas gotas de sangre bajando lentamente por mi mentón.
-¡Tú terminaste por joderme la puta cabeza!- grita estrellando el vaso de jugo contra la pared- Fue tan fácil encontrarte, solo tuve que follarle el coño a Olivia un par de veces para que averiguara dónde estabas, cuando se lo hacía no paraba de pensar en ti. Aquella vez en el estacionamiento... Joder, escucharte gemir fue mágico. No creí que me obsesionaría aún más contigo después de eso-
Claro que lo recuerdo; fue la vez que estuve con el menor de los D'Angelo en el estacionamiento del hospital. Aquella vez que tuvimos que detenernos para no ser descubiertos en pleno acto, pero fallamos, al parecer.
-Deben de estar odiándote en éste preciso momento- sonríe y comienzo a sudar frío. Él le envío las fotos y vídeos a los chicos.
-¡Hijo de puta, tú me drogaste y te aprovechaste de mí!- grito hacia él- ¡Yo nunca los hubiera traicionado así, juro que acabaré contigo!-
-Inténtalo, nena- la rabia e impotencia crecen dentro de mí al verlo mofarse de mis palabras.
-Asesiné una vez, no me temblarán las manos para hacerlo nuevamente y menos contra ti-
-Definitivamente esa droga fue mucho para ti; ya comienzas a delirar-
-La primera vez que lo hice fue en defensa propia, lo hice por mí. Ésta vez lo haré por ellos, prometí cuidarlos y ellos confiaron en mí, no vuelvas a retarme porque no sabes de lo que soy capaz- su cuerpo se tensa al igual que su mandíbula pero no dice nada, solo toma su celular y busca algo en él para luego dejarlo sobre mis piernas.
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Lea [SUSPENDIDA]
RomanceLea es una doctora de veinticuatro años. Es una chica que no cree en el amor ya que siempre tuvo malas experiencias en todas sus relaciones, pero hubo una que la marcó profundamente. Los D'Angelo al verla supieron que ella sería su mujer. Están disp...