Un Corazón Roto

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Ahora estoy en el aeropuerto, tratando de salir de aquí y, de desaparecer tal vez...

—¿No puede ser un vuelo para hoy?¿Para... ahora?—puse mis codos sobre la vitrina.

—No, lo siento, hay uno, pero para dentro de dos días.

Se suponía que en dos días iba a ir de regreso a casa dentro de eso. Claro. Si esto hubiese salido bien.

Solo quería ir a casa.

—¡¿En DOS días?!

—Ajá, el último salió hace media hora.

—¿No hay ninguno más?—siento que voy a llorar.

—No, ya se lo dije, no hay más vuelos hasta dentro de dos días.

—Mierda... ¿Esta segura?

—Sí, Un gusto poder atenderle. ¡Siguiente!

¿Dónde se suponía que iba a pasar está noche?

Recibo una llamada de Tori.

—¡Hola! ¿Cómo va todo por allá?

—¡Hola! Sí, todo va genial.

Sí, Charlie, todo va ¡Increíble!

—¿En dónde estás? Se escucha mucha gente.

—Oh, eso... Bueno es que...

—¿Qué pasó con Nick? ¿Le gusto tu regalo?

Me senté en unas bancas que estaban cerca.

—Qué no paso con Nick.

—¿Eso debería sonar bueno o malo?

—Debería sonar bueno...pero es malo.

¿Qué hizo?—su voz empezó a sonar disgustada. Apuesto que hasta giró los ojos.

—¿Tal vez me fue infiel? —reí para no llorar. No veía la hora para que empiece a llorar.

—¡¿Qué hizo qué?!— estaba tomado algo. Limonada, tal vez.

Empezó a toser.

—Lo encontré besándose con una chica en su habitación...

—Ese hijo de pu...

—Tori, solo, no se que voy hacer ahora.

—Venir a casa.

—No hay vuelos hasta dentro de dos días.

—Mierda. ¿Tienes dinero, verdad?

—No...bueno solo un poco, no se que puedo hacer con veinte dólares.

—¿Estás bromeando no?

—¡Claro que no! ¡Tengo mucha hambre!

—¡Y tienes veinte malditos dólares!

—¿Y si me quedo aquí escondido en algún lugar dentro del aeropuerto?—traté de bromear.

—¡Sal de ahí ahora y ponte a buscar un puto hotel!

—¡Esta bien! ¡Calma!

—Me llamas cuando ya tengas un lugar en donde quedarte, ¿Esta bien?

—Esta bien, pero, por favor, Tori, no se lo digas a mamá o a papá, ¿De acuerdo?

—¡De acuerdo! ¡Espero que consigas un buen lugar dentro de media hora! ¡Te quiero!

—Sí, yo también, adiós—colgué y me fui en busca de un tonto hotel para pasar la noche.

[...]

Llamada entrante.

Nick Nelson.

¿Ahora que mierda quería?

¿Le respondo la llamada o... No?

Lo que una persona con sentido común haría, sería colgar, bloquear y eliminar todo de él. Olvidarlo.

Pero yo no soy ese tipo de persona.

Solo soy un idiota.

Un idiota con el corazón roto.

¿Qué quieres?

—Hablar.

—¿Y que se supone que crees que vas a lograr "hablando"?

—Tori me llamó.

¿Tori?¡Maldita Tori!

—¿Y?

—Perdón...yo, yo no sabía que hacía y ella fue quien me besó.

—La tenías sentada encima de ti, ¿Lo sabes, no?La podrías haber, no sé, ¡algo!

—Charlie, yo te amo.

—¡Oh! ¡Es cierto! Me amas, enserio, gracias, me acabo de dar cuenta.

—Ella no sabía nada de nosotros.

¿Y que mierda quería lograr con eso?

¿Qué le aplauda?

—¿Y por qué no? Con ella tuviste una tonta cita, ¿No? Podías haberle dicho en esa puta cita. Pero no lo hiciste.

—Ella confundió las cosas. No es mi culpa.

—Claro que es culpa, le pudiste haber dejado claro las cosas.

—¿En dónde estás?

—Que te importa.

—Charlie, me importa, me importas tú.

—Ajá, sí, porsupuesto.

—¿Ya tienes en donde pasar la noche?

No, no lo tenía, ¡me gaste el dinero en comida! ¡No había comido nada desde que salí de mí casa hacía su tonta universidad!

—¿Sí o no?

Me quedé en silencio.

—Charlie, ¿Dónde estás?

—No te importa, estoy bien.

—Tori me dijo qu-

—Me importa una mierda que dice y lo que no dice Tori. Solo vete a la mierda. ¡Vete con tu nueva novia!

Colgué.

Bajo La Luna¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora