"Tiempos de Liceo: Acordes y Desacuerdos"

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La cosa se está poniendo wena. Hace poco, el Claudio y yo nos mandamos a hacer "canciones" con los hermanos Beltrán, unos locos que conocí gracias al Claudio, vivían justo al frente de su casa. Aunque ninguno de nosotros tiene idea de cómo meterle mano a un instrumento, la pasamos bien entre tallas y risas.

Con el Miguel, la historia es otra volá. Nos juntamos en mi casa, siempre con el asunto de tener que mandar a mi hermano a la cresta de la pieza. Entre charlas que se alargan más que cola de cometa, tratamos de arreglar el mundo, o por lo menos el nuestro.

Me estoy jugando la vida tratando de que el Claudio y el Miguel mejoren su relación. Aunque ya no hay tallas pesadas ni peleas bajo la mesa, como cabros chicos, terminan en la volá de siempre. Ser el pacificador entre estos dos a veces es más agotador que pescar en pleno invierno, pero algo me dice que la amistad siempre vale la pena. ¡Esto está más movido que fiesta de barrio en pleno día de asado!

Diario De Jorge González Donde viven las historias. Descúbrelo ahora