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Cuando las opciones son puestas sobre la mesa, Dalilah deberá comenzar a analizar todas, creer, actuar. Sobrevivir.
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Percy no solo se encuentra totalmente solo y perdido en un mundo desconocido, sin...
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HEY, DALILAH | FIRST ACT Yancy
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Su misión era mantener a salvó a Percy, vigilar desde lejos sin entrometerse en el trabajo de Grover, el protector principal. Aún así, Quirón noto lo escurridizo y problemático que podía ser Percy a veces, por lo que optó hacer algo; poner a una de sus mejores mestizas como cuidadora.
Annabeth había quedado descartada, solía ser bastante arisca para soportar estar detrás de alguien tanto tiempo, sumándole el hecho de que sabían que tan importante era ella para la cabaña. Luke lo mismo, al ser el líder de la cabaña de Hermes, era necesaria su presencia en la cabaña, pues uno nunca sabía cuándo entrarían nuevos campistas.
Quirón llegó a la conclusión que necesitaba a alguien ágil, capaz de soportar preadolescentes molestos y sudados, así que pensó; Dalilah era perfecta para la misión, se posicionaba como el segundo vástago más fuerte de Hermes—, después de Luke, claro —. Y al ella no tener mejor cosa que hacer, acepto, podría salir fuera del campamento una semana completa y no afectaría en su rendimiento al volver. Necesitaba vacaciones.
—Lo veo y tan solo me dan ganas de arrancarme los ojos —. Bufo Nancy Bobofit a su lado, aquella pelirroja tan molesta y mala, que lo único que sabía hacer era molestar. Nancy describió perfectamente lo que ella sentía al tenerla cerca, le gustaría tener un repelente de idiotas, pero como le habían prohibido acercarse al mestizo; ¿que mejor forma que ser aliada de su némesis? Así no se le acercaría jamás. Al menos hasta que sea el tiempo en el que deban llevarlo protegido hasta el campamento, y de haberle informado acerca de todo a Sally Jackson, la mujer más amable que Dalilah haya conocido jamás.
—Es lo que yo siento —. Murmuró con desdén, observando a la nada, deseando en ese momento estar sentada junto a su hermano y sus amigos.
—Vayamos a molestarlos —. La pelirroja sonrió con maldad, a veces Dalilah se preguntaba de dónde sacaba la energía para molestar a los demás. La morocha prefería hacerse amiga, así tendría más beneficios que siendo su némesis.
