He's-¡SHE'S! Not Afraid

427 39 30
                                    

¿Quien había sido la persona que sugirió un concurso de talentos para el campamento? A Percy no le importaba.

¿Quién había sido lo suficientemente convincente como para hacer que participara junto a sus amigos? El poder de unos brillantes ojos azules.

El concepto del concurso no era nuevo, y siempre era una actividad más para darles un poco de normalidad a todos los semidioses del lugar. Nunca había participado porque no creía tener ningún tipo de talento que fuera suficiente como para mostrarlo al mundo.

Luego el resto de sus amigos comenzó a integrarse, y por culpa de Leo, terminó por meterse. Aunque fue más Jason quien lo convenció de hacerlo, Leo fue el de la idea.

-Chicos, les juro que no haremos el ridículo-insistía.

-No, eso ya lo hacen muy bien sin tener que subirse a un escenario-comentó Nico sin dejar de leer su libro.

-Y desafortunadamente, tiene razón-dijo Frank junto a él.

-Ug, ¡por favor! Esto es por diversión.

-Y para que puedas coquetear con chicas-agregó Jason mientras terminaba de darle un sorbo a su jugo para luego ofrecerle la bebida a Percy.

-Daño colateral-dijo Leo.

-No, el daño colateral es que terminemos siendo la burla de los campamentos-comentó Percy-. Además, no sabemos cantar.

-Habla por ti, porque se de buenas fuentes que mis dos amiguitos aquí si saben-señaló a Jason y Nico.

-Entonar bien dos notas no es saber cantar-dijo Nico.

-Pero es un inicio. Y Frankcito tiene cara de que también sabe cantar.

-¿Y qué hay de ti y Percy?-preguntó Frank.

-Nada que unas buenas lecciones no puedan resolver. Por favor, podemos al menos intentar.

Jason acomodó sus lentes y suspiró.

-Okay.

-¡Sí!

Nico rodó los ojos.

-Pero no usaré mallas o algo así-condicionó.

-Nunca-prometió.

Frank restregó su cara.

-¿Ya que?

-Esa es la actitud.

Los cuatro voltearon hacia Percy.

-Les juro que si canto provocaré una avalancha.

-Pues te quedas con los coros.

-Chicos, yo...

Jason lo interrumpió, dejando su mano sobre la suya.

-No tienes que hacerlo si no quieres, pero, sería raro no tenerte ahí.

Claro que, ese primer año del concurso, Percy aún no descubría que estaba enamorado de él y que haría todo lo que él le pidiera sin pensarlo.

-Bien, pero que no se te ocurra ponernos un nombre ridículo.

Ese fue el primer año en el que "Leo y los segundones" se presentaron en el concurso. Se volvió una tradición entre los cinco, una que varias personas del campamento disfrutaban. Nunca cambiaron el nombre del grupo, se había convertido en su sello, además que era gracioso ver la cara de todos cuando los anunciaban.

No eran los mejores bailarines, pero siempre se subían dispuestos a darlo todo, aunque jamás les importaba ganar.

Con el tiempo fueron afinando mejor sus voces, y Leo y Percy pasaron de coros a cantantes principales, como todos.

my lovely sea, my dearest skyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora