Cap. 4

5 0 0
                                    

Luis era un chico joven que descubrió su sexualidad a temprana edad, puesto que se enamoro de su mejor amigo y que cada que veía a un chico guapo se ponía nervioso, tímido y rojo como un tomate.

Sus padre adoptivos sabían de su preferencia y estaban bien con ello, pero solo ellos sabían de eso ya que tenía miedo a lo que sus compañeros le dijeran en la escuela y lo que Martin pensará de eso, tenía miedo de que se alejara de él y lo rechazará.

Martin ya había tenido un par de novias, lo que había hecho a Luis llorar desconsoladamente cada que estaba solo en su abitacion. Las chicas con las que había salido Martin eran muy lindas y amables, Luis no podía evitar compararse con ellas y sentirse de alguna manera inferior a ellas, creyendo que no tenía la capacidad de hacer feliz a su amigo al sentirse insuficiente.

Luis se veía como alguien que no valía la pena, a pesar de ser alguien un poco popular en los salones de su grado; el era alguien muy guapo y no se daba cuenta, poseía unos hermosos ojos con hetero romia, uno café y el otro verde, cabello un poco largo de color negro, su estatura era de 1.70, con un lindo cuerpo, no tonificado pero delgado y con lindas curvas que resaltaban su estrecha cintura y un poco grandes caderas.

Su apariencia lo hacía ver muy tierno apresar de varias veces ser visto con una cara muy amargada y de pocos amigos.

En cambio, Martin era muy atractivo, y como muchos lo clasificaban: sexi, era ojiazul, de cabello rubio natural, de cuerpo fuerte y fornido, con una estatura de 1.82 metros, con una mandíbula bien marcada y una mirada felina.

Eran muy opuestos pero eso hacia que de cierta forma se complementaran.

En estos momentos nuestros protagonistas se encontraban en la habitación del mayor con este en su escritorio terminando unas tareas, y el menor en la cama del mayor mirando el techo mientras estaba metido en sus pensamientos, era un ambiente tranquilo y cómodo.

M: Oye Luis— hablo de repente volteando su silla hacia su cama sacado de sus pensamientos a su amigo.

L: Dime Mar — respondió sentándose en la cama, le decía Haci de cariño, y porque lo conoció en el mar, era un apodo muy significativo para el.

M: Va a haber una fiesta en la casa de un amigo del equipo de fut este sábado, y pensé que tal vez querrías venir solo un rato, por favor — dijo de manera suplicante, esperanzado de que su mejor amigo accediera para no tener que ir solo a ver a muchos idiotas emborrachándose — te cuidare, no dejaré que nadie te ofrezca nada malo o algo que te incomode, pero por favor ven conmigo — volvió a insistir sin dejar de mirarlo a los ojos.

L: No lo se Mar, no quiero ir a una tonta fiesta de adolecentes hormonales y estúpidos con una cerveza en mano todo el tiempo y morras desesperadas besando al mismo chico que sus amigas también besan porque no saben que las engañan, no quiero ver drama y hormonas en todas partes. Además, sabes que no me llevo bien con tu amigo Arturo — finalizo su exposición de porque no iría a esa fiesta de puros gorilas alcoholicos y drogados, sin ofender claro.

...

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 22 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Desde que te conocí en la infanciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora