El que siembra, recoge

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Al día siguiente de su ingreso, Sakura despertó bañada en sudor, pues a pesar de haber tomado el calmante proporcionado por Naruto, la pelirrosa volvía a tener esos sueños una y otra vez, esos sueños donde esa figura oscura y difuminada atentaba contra su integridad y la despreciaba en demasía.

*

—¿De nuevo una pesadilla, Sakura? —Naruto le preguntó con voz suave a la vez que la ayudó a incorporarse en la cama.

—S... sí —musitó apenada—. No entiendo por qué tengo esos sueños, pero creo que pueden estar relacionados con mi vida antes del accidente —Naruto frunció el ceño y dudó en indagar más de la cuenta, sin embargo, la curiosidad le pudo.

—No querría incomodarte, pero... ¿qué tipo de sueños son? —Sakura levantó la vista y sus labios temblaron antes de responderle.

—Alguien me atormenta, me humilla y me pega, pero no logro distinguir su rostro —Naruto se sobresaltó ante la respuesta.

—Entiendo... aam... bueno, no sufras, tal vez se trate de algun miedo o preocupación, a veces los sueños son una forma de exteriorizar nuestros más recónditos sentimientos, por que... ¿Eras feliz antes del accidente, verdad? —Sakura torció los labios ante la incómoda pregunta.

—No lo sé... no recuerdo nada —el rubio se maldijo a sí mismo por haber metido la pata.

—Lo siento, yo no quería... —Naruto se disculpó mostrándole de nuevo una cálida sonrisa—. Te traeré el desayuno e iremos al jardín, hace un día precioso, ¿Que te parece la idea? —Sakura asintió un poco más calmada.

*

Empujada en la silla de ruedas con suavidad, el rubio y la pelirrosa llegaron al majestuoso jardín. Sakura inhaló el exquisito aroma de las flores alrededor, un aroma reconocido, familiar... uno que tal vez la transportó a su niñez, pero que por desgracia, no lograba recordar.

—¿Te parece si nos detenemos aquí? —Naruto le preguntó cuando llegaron a un banco de piedra que estaba junto una majestuosa fuente.

—Sí, aquí es perfecto. Me gusta escuchar el sonido del agua, tal vez eso me ayude a relajarme.

Naruto se sentó a su lado y la observó de soslayo. Se quedó embelesado viendo como los rayos de sol iluminaban su rostro y le mostraban unas pequeñas pecas adornando esas blancas mejillas, Sakura tenía los ojos cerrados y su semblante mostraba calma, a lo que Naruto no pudo evitar sonreír, esa chica necesitaba paz, no estaba seguro que era lo que la atormentaba ni por que sufría esas horribles pesadillas, pero haría todo lo que estuviera en su mano para sacarla de la oscuridad, él sería su luz.

*

—¿Qué...? ¿Qué ocurre... ? —Naruto estaba tan ensimismado mirándola, que no se percató que el observado ahora era él.

—D... disculpa, estaba en trance, te he visto tan relajada, que...

—Gracias, Naruto —Sakura se expresó sincera—. Aam... ¿Llevas mucho tiempo trabajando aquí? —Sakura decidió cambiar de tema al notar la intensa mirada del rubio.

—Cinco años, esto es mi vida, mi vocación, siempre me he desvivido por ayudar a los demás, lo llevo en la sangre.

—Eso es maravilloso, eres tan distinto a mi marido... —Naruto mostró incomodidad.

—¿A tu marido...?. Todavía no he tenido el placer de conocerlo.

—Bueno... él... él trabaja mucho y apenas tiene tiempo para mí, pero imagino que más tarde vendrá —Sakura lo excusó para no tener que dar explicaciones.

Remember Me (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora