Nadeshiko

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Nadeshiko. Odio mi nombre, es tan estúpido que cada que alguien me llama de esa forma no puedo evitar que un instinto salvaje se apodere de mí. Mi padre es japonés y mi madre coreana, ellos pensaron que ponerme este nombre sería perfecto para mí, lo cual obviamente es errado, 'una mujer japonesa ideal' me bufo de ello, rio y lloro de la risa, sólo hay que verme para darse cuenta que aquello es una locura.

Si bien mis padres amaron mi cabellera negra y lacia, mi piel blanca y mi rostro angelical, pues ahora todo eso ha desaparecido. No puedo estar más lejos de la concepción de una mujer en estos momentos, ¿crisis existencial? Bah, esas son tonterías, sé que soy mujer y me gustan los hombres pero esta es la forma en la que más cómoda me siento. Ahora mi cabello es tan corto, llevo un estilo de chico, ropa de chico y maquillaje sólo para resaltar mi doble parpado, sí, soy un chico en apariencia, muchas veces me han confundido con uno, no me importa realmente, hasta mi estatura es ridículamente alta, 1.75.

¿Qué opinan mis padres? Bueno, eso es...

—Tuve un hijo en vez de una hija — mi madre rezonga de nuevo mientras me ve bajar por las escaleras como cada mañana

—El hijo más guapo madre, el más guapo — le respondo en tono de burla, me siento en la mesa impaciente por desayunar

—Debimos haberle puesto Nagihiko — dice mi padre, está leyendo su periódico como cada mañana

—Podrían dejar ya su afición por Japón — me como mi desayuno lo más rápido posible

— ¡Hasta come cómo chico! — vuelve a decir mi madre

Me exasperan. Es complicado, lo sé pero a pesar de sus quejas nunca me han dicho que cambie o se han enfurecido, bueno realmente mi padre no dice mucho pero cuando vas a reuniones de tu madre con sus amigas y te confunden con un chico, es simplemente incómodo.

Tengo 22 años y estudio artes visuales en la universidad de Seúl, me encanta dibujar pero debemos elegir una lengua extranjera, decidí estudiar español, ¿Por qué? No lo sé, simplemente la elegí pero ahora estoy en aprietos, no ha sido como me esperaba y cuando me di cuenta me estaba yendo mal, necesitaba ayuda con urgencia y mi madre me buscó una profesora que me diera clases particulares.

—No olvides que hoy tienes clases particulares — me dijo mi madre mientras me dirigía ya a la puerta

—No — contesté y me fui directo a clases

¿Cómo será mi profesora?

La Facultad de artes de la Universidad de Seúl siempre ha sido vista...bueno digamos que creen que somos raros. Mientras camino hacia mi salón observo todo a mí alrededor, entiendo que piensen que seamos raros pero a mí me fascina ver los diferentes estilos, desde chicos punk, góticos, lolitas, hippies y demás hasta llegar a la chico/chica que soy, todos tenemos diferentes estilos de dibujo. Llegué a mi salón y la primera en saludarme es mi amiga Bin.

—Nagi — se abalanza sobre mi rodeándome con sus brazos, yo acepto su abrazo y la veo, lleva como siempre su estilo lolita, una peluca rubia, maquillaje lindo y ropas muy adorables con holanes, moños, en colores pastel y sí, somos muy diferentes

— ¿Sucede algo Bin? — le pregunto ya que parece asustada

—Esos chicos me estaban molestando — señala al escuadrón de idiotas que siempre causa problemas en el salón.

—Pero si ya vino tu novio a defenderte — dijo Shin, el líder del trio de idiotas

—Sí, ya vine, si no quieren que les patee el trasero mejor dejen de molestarla — gruñí, siempre me trataban como un chico para molestarme, ya estaba harta de ellos

— ¡Qué miedo! La travestí nos contagiara su rareza, mejor vámonos antes de que nos contagie — se alejaron a sus asientos y me relajé

—Gracias Nagi — me dijo Bin con una dulce sonrisa, palmeé su cabeza

—No es nada

Las clases terminaron y me dirigí como había quedado a la casa de mi nueva profesora, subí a un autobús y pronto llegué a donde me habían dicho, era en una colonia algo retirada del centro, habían muchas casas nuevas y modernas, era el típico vecindario ideal para nuevas familias, miré el papel que me había dado mi madre, la casa número 143 era a la que debía ir, miré a hacia una casa de dos pisos, era grande y en su puerta estaba puesto el número que debía buscar.

Sin esperar más me dirigí hacia la puerta y toqué esperando a que alguien me abriera, luego de 5 minutos escuché una voz del otro lado de la puerta.

— ¿Quién es? — preguntó una bonita voz

—Soy Nagi, vine por las clases de español — contesté, la puerta se abrió y una pequeña mujer me abrió, al verla noté que no era coreana debido a su piel morena y ojos grandes

—Te estaba esperando — me dijo con una sonrisa — soy Do Gina — me tendió su mano y yo acepté, me regaló una gran sonrisa que de alguna forma me dio tranquilidad


Hola Chicas! Primer capítulo, ya sé aun no sale Xiumin pero sean pacientes :D ¿Qué les pareció? ¿Les ha gustado? espero que sí, comenten y denle a la estrellita, una bienvenida para las nuevas lectoras!


Demasiado Dulce (Min Seok Xiumin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora