SungHoon dejó el aún dormido Sunoo sentado en un pedazo de cartón con la espalda apoyada en una pared gris, en realidad era blanca pero la suciedad del lugar le daba una grisácea apariencia.
¿Por qué SungHoon no había llevado a Sunoo a su propia casa? ni él lo sabía, hubiera sido (y sigue siendo) una mejor opción llevar a su mejor amigo a su hogar para que durmiera más cómodamente, en un ambiente seguro, limpio y cálido, no en un viejo edificio abandonado, donde todo se veía tenebroso, frío y sucio. La casa del menor en definitiva sería un buen lugar para que Sunoo descanse ya que no estaba en sus planes el dejar a su mejor amigo bajo el mismo techo donde el padre de éste vivía. SungHoon fué consciente de que se dirigía literalmente a la nada cuando ya estaba enfrente del edificio de cuatro pisos, ni siquiera sabía cómo llegó ahí, su mente se desconectó de su cuerpo por un buen rato.
El castaño se ubicó al lado del mayor, una de sus manos fué a parar en la mejilla de éste atrayendo su cabeza de vuelta a su hombro para que durmiera más cómodamente en ese frío lugar. El edificio no sólo era frío hablando de la temperatura, sino que también daba vibras frías, desoladas e inquietantes, habían varios escombros por doquier, mucho polvo y telarañas ubicadas en cada rincón, pedazos de cristal que alguna vez fueron bonitas ventanas, pedazos de madera y quien sabe que más, SungHoon no quería averiguarlo, estaba bien estando así, con la cabeza de Sunoo apoyada en su hombro, con los labios de éste expulsando sublimes suspiros y sus párpados tranquilamente cerrados.
No podía apreciar en totalidad el rostro de Sunoo, y menos con los mechones azabaches cayendo en sus ojos. Jugó con su cabello un momento, nunca había podido tocarlo, Sunoo decía que tal vez sentiría asco por lo maltratado que estaba pero la verdad era otra, SungHoon sentía la suave textura de los mechones, era cierto que se notaban descuidados pidiendo a gritos una buena lavada y un tratamiento para fortalecerlos, pero a pesar de eso eran suaves, finos y lindos.
Todo lo de Sunoo era lindo.
Sus dedos acariciaron la fina melena del mayor cada vez más cautivado por su suavidad, bajó sus dedos hasta el flequillo que le cubría sus párpados cerrados y lo apartó, el cabello volvía al mismo lugar a pesar de que SungHoon lo esté apartando pero eso le gustaba, ver como cada hebra caía tan suavemente en la frente de su mejor amigo.
Sus dedos siguieron haciendo sus caricias hasta que uno de ellos se enredó por accidente en la cabellera y al momento de apartar el flequillo tiró de este algo fuerte causándole un siseo a Sunoo. El dueño de las azabaches hebras abrió con pesadez los ojos después de casi dos horas de haber dormido, su vista fué nublosa al principio y la obscuridad no ayudaba a aclararla pero si ayudaba a que su sangre drene velozmente por todo su sistema.
Lo primero que vió fue las columnas rotas o quebradas con un fondo casi negro en el que se podía apreciar algunos montículos de lo que parecía ser escombros y tierra, no era la imagen más bonita que alguien quisiera tener al despertar de un sueño reparador. Levantó su cabeza rápidamente volteando a todos lados, su respiración se agitó al caer en cuenta de que no parecía estar en un lugar seguro, sus manos temblaron en el camino a su cuerpo ya que se estaba abrazando a sí mismo para protegerse e intentar que el repentino dolor en su pecho desaparezca, sus rodillas se pegaron a su pecho y comenzó a respirar aceleradamente, su vista se nublaba y aclaraba a la par que su corazón bombeaba en su pecho
Tenía miedo, estaba en un lugar desconocido.
SungHoon reconoció ese ataque de pánico ya que no era la primera vez que le pasaba, se maldijo internamente al no pensar las consecuencias de llevar a Sunoo a un lugar desconocido para él y peor aún, que el lugar sea todo lo contrario a la palabra agradable.
— Sunoo — habló SungHoon a lo que el llamado volteó la cabeza a su dirección, nada cambió, su respiración y sus temblores seguían siendo los mismos — Yeonnie, estoy aquí ¿de acuerdo? estas a salvo conmigo, respira lentamente — movió su cuerpo hasta quedar enfrente del mayor — vamos, inhala fuerte — hizo un ademán con sus manos indicándole que haga lo que dijo.
YOU ARE READING
Always with you
Fanfiction𝐒𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞 𝐂𝐨𝐧𝐭𝐢𝐠𝐨 | "Estoy aquí, lo estaré siempre que nadie lo haga, yo sostendré tu mano, secaré tus lágrimas, curaré las heridas de tu corazón, confía en mi, siempre estaré contigo" Sunoo era alguien débil, con la cabeza siempre abajo...