Sol en mi armario

Primera vez

Ambos se quedaron dormidos después de que Porsche se fuera. Chay porque su cuerpo estaba agotado y febril, y Kim finalmente pudo relajarse. Cuando Kim se despertó con la sensación de que Chay le chupaba marcas a lo largo de la garganta, no tenía ni idea de qué hora era. No es que le importara mucho, su mente va directamente al bienestar del omega en sus brazos.

¿Chay? Preguntó, dibujando círculos a lo largo de la espalda de Chay. "¿Cómo te sientes?"

No obtuvo una respuesta: Chay estaba ronroneando y chupando felizmente cada centímetro de piel disponible, tirando de la camiseta de Kim para encontrar aún más. Kim no pudo evitar reírse, pero también sintió lo empapados que estaban ambos. Sudor o resbaladizo, Kim no lo sabía, y no importaba. Todo lo que importaba era la comodidad de Chay.

"Cariño", suspiró Kim, agarrando suavemente las mejillas de Chay y girando la cabeza para que pudiera ver su cara. Chay estaba enrojecido y ya estaba a medio camino de estar borracho, ya sea con su propio calor o con el olor de Kim. Le aban los ojos de par en par. "¿Necesitas algo?"

Chay lo parpadeó lentamente, mirando con los ojos llenos de asombro. "Alpha", dijo, extendiéndose la mano para trazar un dedo por la nariz de Kim y a través de sus labios. Y luego casi se cayó hacia adelante para juntar sus labios en un beso caliente.

Al instante, su beso se volvió intenso, lleno de lengua y dientes, mientras Chay se montó a horcajadas en las caderas de Kim y se sumergió lo más profundamente que pudo. Kim mantuvo sus manos abajo, dejándolas correr por los lados y la espalda de Chay, por sus caderas y la longitud de sus muslos. Sabía que a Chay le gustaría estar a cargo, y estaba listo para dejar que se llevara todo lo que pudiera ofrecer al omega. Su existencia dependía de que Chay lo necesitara.

Mientras Chay bajaba las caderas, Kim sintió tanto la dureza del omega como lo mojado que estaba realmente. Slick había logrado empapar tanto la ropa interior como los pantalones de pijama. La sensación mezclada con el olor a innexador en el aire fue suficiente para que Kim lo hiciera perder la cabeza lentamente. Conoció los labios de Chay con entusiasmo y pronto gimieron en sincronía mientras jadeaban por aire.

Kim se endureció de nuevo, y con cada movimiento de las caderas de Chay, sintió que se estaba volviendo cada vez más desesperado. Sus manos se agarraron más alrededor de los muslos de Chay, sintiendo el calor que irradiaba y calentando aún más su sangre. Las uñas de Chay se arrastraron contra su cuero cabelludo y la piel de su cuello. Kim esperaba que dejara marcas.

Y luego Chay comenzó a follar en serio, inclinando la cabeza hacia atrás y soltando un gemido de la oreja. Kim no dejó entrar demasiado aire entre ellos y selló sus labios justo sobre la manzana de Adam de Chay y la chupó. Las uñas se cavan más fuerte, las caderas se movían más desesperadamente y el sudor goteaba de ambas.

Kim fue el primero y Chay lo siguió poco después, solo teniendo a Kim lloriqueando de dolor y sobreestimulación por un momento. Se derrumbaron en un montón de respiraciones jadeantes y ronroneo de contenido.

Podrían haberse quedado dormidos, o podrían haber disfrutado de un momento de felicidad posterior al orgasmo. De cualquier manera, Kim volvió a sí mismo sintiéndose pegajoso y mojado. Tener semen seco en el interior de sus vaqueros no era una sensación que le gustaba.

"Bebé", arrajo, siendo recompensado por una sonrisa tonta de un bento Chay. "Deberíamos ir a limpiar".

El omega no respondió, pero simplemente se acercó y una vez más se ocupó de chupar marcas en la piel de Kim. Los brazos se entrelazaron alrededor del cuello de Kim y las rodillas apretadas en sus caderas. De hecho, es clingeso.

"No te vas a parar, ¿verdad?" Kim se rió mientras sostenía a su Chay cerca de él, asegurándolo a su pecho. Sacudió la cabeza mientras no se movía de la cuna del cuello de Kim. "Está bien, entonces. Agárrate fuerte, cariño".