"Antes de Amity fue Amelia."
Llegó como un huracán, destrozando todo lo construido, llevándose partes de ella y dejándola en ruinas.
Odiaba eso, odiaba no poder hablar, odiaba el miedo que calaba hasta sus huesos, odiaba tener impregnado su aroma, o...
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3: La estrella de los Noceda.
Habían muchas cosas que enfurecían a Lucia, clínica mente se llamaban "detonadores" que resultaban absolutamente peligrosos en cierto tipo de situaciones. El ruido, cuando era infante en su casa se escuchan muchos gritos, Luca, Camila, Luz y su padre. La luz blanca que era absolutamente cegadora, le hacía sentir desorientada, abrumada y ciertamente asqueada. Las texturas ásperas, las peores.
Pero después estaban aquellas cosas que no tenían que ver con el ambiente, la voz de la gente, la forma de mirarla, el tono condescendiente en sus voces, la adulación, que tocaran su cuerpo cuando ella no lo solicitaba y por encima de todo ello estaba Luz.
Luz era lo que su familia llamaba "bendición", amable, alegre, dócil, bondadosa, protectora y atlética, claro que su paso a través de la adolescencia fue terrible. Le costó dejar de lado sus ideas llenas de magia y darle paso a su presentación, conoció a Amity y de alguna forma todo encajo después.
Amity amaba a Luz por ser bondadosa, por acariciar perritos en la calle, leer, cocinar, emocionarse por pequeñas cosas y principalmente por siempre encontrar un lado positivo, Luz amaba a Amity porque era apasionada, valiente, elegante y extremadamente disciplinada. Como dos partes de un rompecabezas.
¿Qué era ella? ¿Tendría oportunidad con Luz de regreso? La respuesta se quedó en su boca, un amargo sabor que bajo lentamente hasta su estómago, con Luz era imposible que Amity estuviera a su lado.
‒ ¿Todo bien?- cuestiono Luca sentándose a su lado en la cocina.
‒Estaba contando los azulejos en la pared‒ mintió la mayor mirando finalmente a su hermano quien parecía un poco incómodo ‒¿Te ocurre algo?
Luca tomo un poco de aire, miro a su alrededor encontrando la cocina impecable, las paredes blancas, la barra en medio, el fregadero, los platos de cereal a medio servir enfrente de ellos. Estaban solos.
‒¿Qué paso anoche?- hablo finalmente el castaño levantando la mirada ‒Es la novia de Luz, ¿Lo recuerdas? Nuestra hermana menor, ella todavía llora viendo COCO y Encanto ¿En que pensabas?
‒Te prometo que no es nada malo‒ aseguro Lucia dando un rápido vistazo al reloj de la cocina ‒Confía en mí, voy a tratar de arreglar esto
‒No lo entiendes, es menor que tu Lucia, tiene 18 pero prácticamente sigue siendo un adolescente‒ insistió Luca mirando con seriedad a la alfa.
‒Puedes dejarlo ya, no soy idiota, no estoy haciendo nada malo‒ gruño la alfa poniéndose de pie.
‒Es la novia de tu hermanita‒ exclamo Luca imitando la acción de la mayor.
‒Era la novia de mi hermana‒ corrigio Lucia caminando al marco de la puerta.
‒¡Acaso eres una psicópata! ¡Va a lastimar a todos!
