Yasuo se acercó a la luz, sin saber qué le esperaba. El caos del universo lo observaba con curiosidad, como si fuera un juguete nuevo.
El caos: Bienvenido, mi sucesor. Has llegado al final de tu vida, pero también al comienzo de una nueva. Te he elegido para que heredes mi poder, mi conocimiento y mi voluntad. ¿Estás listo para aceptar este destino?
Yasuo: ¿Qué? ¿Qué quieres decir con que soy tu sucesor? ¿Qué poder, qué conocimiento, qué voluntad? ¿Qué es todo esto?
El caos: No te preocupes, pronto lo entenderás todo. Pero antes, déjame mostrarte algo. Mira a tu alrededor.
Yasuo miró a su alrededor y vio que la oscuridad se había transformado en un cielo estrellado. Miles de mundos, de diferentes formas, tamaños y colores, giraban en el espacio. Yasuo se quedó sin aliento ante la belleza y la magnitud de lo que veía.
Yasuo: ¿Qué es esto? ¿Qué son estos mundos?
El caos: Estos son algunos de los mundos que he creado, que he moldeado con mi poder. Cada uno de ellos tiene su propia historia, sus propias reglas, sus propios habitantes. Algunos son mundos de paz, otros de guerra, otros de magia, otros de ciencia, otros de fantasía, otros de realidad. Hay mundos para todos los gustos, para todas las posibilidades.
Yasuo: ¿Los has creado tú? ¿Por qué?
El caos: Por diversión, por curiosidad, por aburrimiento, por desafío. No hay una razón única, solo el deseo de crear, de experimentar, de explorar. Soy el caos, y el caos es la fuente de toda creatividad, de toda libertad, de toda vida.
Yasuo: ¿Y qué tiene que ver todo esto conmigo?
El caos: Tú eres mi sucesor, te lo he dicho. Eres el único que puede heredar mi poder, mi conocimiento y mi voluntad. Eres el único que puede continuar mi obra, que puede crear nuevos mundos, que puede viajar entre ellos, que puede intervenir en ellos.
Yasuo: ¿Por qué yo? ¿Qué tengo de especial?
El caos: Tienes el espíritu del caos, el mismo que yo. Eres un rebelde, un inconformista, un soñador, un aventurero. No te dejas atar por las normas, por las leyes, por las expectativas. Sigues tu propio camino, tu propia verdad, tu propia pasión. Eres el caos, y el caos es la esencia de tu ser.
Yasuo: No lo entiendo. Yo solo soy un humano, un espadachín, un asesino. He vivido una vida de dolor, de culpa, de arrepentimiento. He perdido todo lo que amaba, todo lo que me importaba. He muerto sin gloria, sin honor, sin redención. ¿Qué puedo ofrecer yo al caos, al universo, a la vida?
El caos: Puedes ofrecer tu potencial, tu imaginación, tu creatividad. Puedes ofrecer tu oportunidad, tu elección, tu destino. Puedes ofrecer tu renacimiento, tu transformación, tu evolución. Puedes ofrecer tu caos, tu orden, tu equilibrio.
Yasuo: ¿Qué quieres decir?
El caos: Quiero decir que tienes la oportunidad de empezar de nuevo, de vivir una nueva vida, de ser una nueva persona. Quiero decir que tienes la elección de aceptar o rechazar mi oferta, de seguir o no mi camino, de ser o no mi sucesor. Quiero decir que tienes el destino de cambiar el universo, de crear nuevos mundos, de influir en sus historias. Quiero decir que tienes el equilibrio entre el caos y el orden, entre la libertad y la responsabilidad, entre la creación y la destrucción.
Yasuo: ¿Y qué pasa si acepto? ¿Qué pasa si rechazo?
El caos: Si aceptas, te daré mi poder, mi conocimiento y mi voluntad. Te enseñaré todo lo que sé, todo lo que he hecho, todo lo que puedes hacer. Te llevaré a los mundos que he creado, a los que quieras visitar, a los que quieras crear. Te daré la libertad de hacer lo que quieras, de ser lo que quieras, de vivir como quieras. Serás el caos, y el caos será tu aliado.
Si rechazas, te dejaré ir, te devolveré a tu mundo, a tu vida, a tu muerte. Te olvidaré, te ignoraré, te despreciaré. Te quitaré la libertad de hacer lo que quieras, de ser lo que quieras, de vivir como quieras. Serás el orden, y el orden será tu enemigo.
Yasuo: ¿Y qué pasa con mi hermano? ¿Qué pasa con Yone?
El caos: Tu hermano también ha muerto, también ha llegado al final de su vida. Pero él no es mi sucesor, él no tiene el espíritu del caos. Él es el orden, y el orden es mi rival. Él ha sido elegido por mi opuesto, por mi enemiga, por mi némesis. Ella es la luz, el orden y la armonía personificada. Ella es el orden del universo.
Yasuo: ¿El orden del universo?
El caos: Sí, ella es la que crea el equilibrio, la que impone las reglas, la que mantiene la estabilidad. Ella es la que me desafía, la que me limita, la que me odia. Ella es la que ha elegido a tu hermano, la que le ha dado su poder, su conocimiento y su voluntad. Ella es la que lo ha llevado a los mundos que ella ha creado, a los que ella quiere proteger, a los que ella quiere controlar. Ella es la que le ha dado la responsabilidad de hacer lo que ella quiere, de ser lo que ella quiere, de vivir como ella quiere. Él es el orden, y el orden es su aliado.
Yasuo: ¿Y qué quiere ella? ¿Qué quiere el orden?
El caos: Ella quiere lo contrario de lo que yo quiero. Ella quiere destruir mis mundos, los que yo he creado, los que yo quiero explorar. Ella quiere impedir que yo cree nuevos mundos, los que yo quiero imaginar, los que yo quiero experimentar. Ella quiere acabar conmigo, con mi poder, con mi existencia. Ella quiere el orden, y el orden es su meta.
Yasuo: ¿Y qué pasa si nos encontramos? ¿Qué pasa si nos enfrentamos?
El caos: Si nos encontramos, habrá guerra, habrá conflicto, habrá caos. Si nos enfrentamos, habrá victoria, habrá derrota, habrá orden. Si nos encontramos, si nos enfrentamos, habrá un final, habrá un principio, habrá un cambio.
Yasuo: ¿Y qué quieres que haga yo? ¿Qué quieres que sea yo?
El caos: Quiero que seas mi sucesor, quiero que seas el caos. Quiero que aceptes mi oferta, quiero que sigas mi camino. Quiero que cambies el universo, quiero que crees nuevos mundos. Quiero que vivas una nueva vida, quiero que seas una nueva persona.
Yasuo: ¿Y si no quiero? ¿Y si no puedo?
El caos: Entonces no serás nada, no harás nada, no vivirás nada. Entonces serás el orden, serás mi enemigo, serás mi víctima.
Yasuo: ¿Es esa tu última palabra?
El caos: Sí, esa es mi última palabra.
Yasuo: Entonces, mi respuesta es...