Fría tormenta.

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Gotas de agua caían sin parar por la ciudad, causa de la tormenta que, no hace mucho empezó.

La mayoría de las personas estaban en sus casas , disfrutando de la calidez de sus hogares. Mientras que otro corrían lo más que podían para encontrar refugio de aquellas gotas de agua que caigan sin parar.

Este último siendo el caso de cierto chico taza de pajilla azul.

La pregunta aquí es.

¿Por qué?.

Fácil. Hace unas horas atrás, el y su hermano tenían planeado ir a la ciudad para conseguir los víveres de la semana.

Y pensaron que terminarían más rápido si se paraban para conseguir lo que les hacía falta en casa.

¿Lo malo?.

Comenzó una tormenta, la cuál empezó a hacerse más fuerte, tanto hasta el punto de que se escucharan los truenos y relampagos, junto a un fuerte viento que amenazaba con la posibilidad de arrastrar a las gente.

Afortunadamente, el chico pudo encontrar refugio bajo el techo de una parada de autobús.

Ahora tenía que esperar a que la tormenta se calmara, con este clima seguramente tendrá un resfriado más tarde.

De repente, escuchó unos pasos apresurados, y por reflejo voltio a la dirección de dónde provenían, rápidamente identificó a un lobo que aparentaba ser unos pocos años menor que el.

El chico finalmente se detuvo cuando por fin estaba bajo el mismo techo que el chico taza.

Lo miró por unos segundos para finalmente hablar.

- oye... ¿Estás bien?.- preguntó-.

- ¿Mmh? Eh.. s-si.- respondió con algo de nervios.

El pobre estaba todo mojado, consecuencia de haber sido empapado por la lluvia y {muy} seguramente estaría muriendo de fío en este momento.

- ¿Seguro? Estás templado de fío.

- ah, yo... Si, estoy bien, solo hacé un frío, éso es todo. - respondió con una pequeña sonrisa.

El mayor lo observó de pies a cabeza. Llevaba puesto un pantalón de mezclilla azul claro, junto a una camisa gris de manga corta y de bajo una sudadera blanca. A diferencia de lo el llevaba, un pantalón de mezclilla oscuro, una playera blanca debajo de un chaleco azúl ligeramente oscuros y una bufanda.
Se podía ver a simple vista que tenía {vastante} frío.

No, definitivamente no está bien.

Pero...

- (¿Que debí hacer ahora? ¿Debería empezar uno conversación? Ah! Ésto es tan difícil!) .- Se pregunto internamente para si mismo.

- día de locos, ¿No? - preguntó el menor.

- ¿Ah?.. si, no creí que empresaria a llover tan de repente.

- si. También me pasó, ¿Puedes creer lo fuerte que es el viento? Creo incluso podría arrastrar a alguien con el jejeje.

- oh! También lo noté, ¿De verdad puede ser tan fuerte? Solo espero que no se lleve también el techo, jajajaja.

- pero, es extraño, no recuerdo que anunciarán nada de una tormenta en las noticias.

- bueno, a veces la vida te da sorpresas que no puedes ni imaginar.

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