Capítulo 11: Ojos tristes

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Desde que el azabache menor había llegado con el alfa de plumas rojizas la vida parecía no quererle, Keigo era sadico y cruel, cuando no hacía las cosas bien siempre lo golpeaba o peor 

-¡¡Mocoso!!- el menor bajo corriendo las escaleras poniéndose firme con sus brazos tras su espalda, su estado era simplemente lamentable, traía heridas y quemaduras graves, estaba muuuy delgado y sus ojos solo reflejaban miedo, miedo a ser lastimado de nuevo

-S-si señor Keigo-sama- espero las ordenes del alfa

-Ten- le aventó un trapo de limpieza seguido de un limpiador líquido, este también dió en la cara del omega menor, por el miedo, no hizo nada, no le presto atención a la sangre que comenzaba a deslizar por su frente y solo cacho ambas cosas antes de que impactaran con el suelo -más te vale hacer bien la limpieza esta vez, si no, te cortare un dedo...hmm, no- pensó -así serás totalmente inútil- rio burlon -mejor, te quemare las manos- se fue de allí luego de su amenaza

Izuku se puso a limpiar las superficies donde pudiese haber polvo acumulado, le dolía el cuerpo, no había lugar donde el dolor no perdurase, sabía que a nadie le importaba ni un poquito, resignado a su futuro como esclavo de todos y juguete sexual de los alfas siguió limpiando la casa de Keigo

Sus ojos ya no brillaban como antes, estos estaban apagados y reflejaban miedo y tristeza, un vació profundo se podía ver en sus ojos color negro, las costillas se le veían casi al estar tan delgado y desnutrido, ya no podía ir a la escuela, casi todo el día fantaseaba con vivir con su familia feliz

Habían tenido la "amabilidad" de darle su diario y su peluche de minino, pero igual, cada vez que hacia algo "mal" lo cual ocurría con frecuencía, estas cosas se le eran castigadas y alejadas de el, no podía divertirse o salir a jugar como los demás cachorros de su edad, su vida era blanco y negro

Los colores no eran visibles para el, todas las noches solía llorar en silencio, pobre pequeño, diria cualquiera que lo viera, su estado ers lamentable, estaba totalmente desnutrido, flaco y más pálido de lo que debería pareciendo hoja de papel, tenía varias heridas y su semblante era de tristeza, había olvidado como sonreir

Solía tomar sus mejillas intentando sonreir frente al espejo pero estos intentos eran inútiles, la sonrisa de sus labios había desaparecido, su color rosa natural leve en sus mejillas pecosas ya no estaba, estaba simplemente demacrado, Keigo lo tenía al borde de la inanición

Al terminar de limpiar fue a avisar al alfa, este lo miro y fue con el a revisar que todo estuviese limpio, Keigo poso dos de sus dedos sobre un mueble

-¿Estas seguro que limpiaste todas las superficies?-

-Si, amo....-

-Bien, eso espero o estos dos dedos serán los que te voy a meter!- giro su cara nuevamente hacía el mueble y deslizo sus dedos por la superficie, los levanto y rozo con sus otros dedos para sentir si había tierra, no, estaba todo perfectamente limpio -hmmm....bien, creo que esta vez puedes tener a tu peluche y diario, adiós- se fue

El menor tomo sus cosas y se fue al sótano siendo esta su habitación, dormía en el vil y frio suelo, ni si quiera una manta para acurrucarse, se sento en una esquina para escribir mientras las lágrimas comenzaban a manchar la hoja sobre la que escribia, la tristeza era tanta....que ni el mismo sabía como era capaz de soportar esto, en eso, por error dió un codazo en un mueble provocando la caída de una pequeña caja liviana, sobo su codo con dolor cuando fijo su mirada en las fotos extendidas por el suelo

Tomo una de ellas y se sorprendió un poco, un Keigo más joven reía con su fallecida madre quien tenía alrededor de 16 o 17 años, en las otras fotos estaban los hombres que tanto mal le hacían con su madre, sin embargo, la diferencia de tratos era obvia, en una de ellas estaban sus hermanos mayores en brazos de su madre, este tenía una sonrisa leve mirando a sus cachorros recien nacidos, en la otra, su padre cargaba a los mellizos riendo feliz

Algo se escucho quebrarse en su pecho, era su corazón, el siempre había deseado que su padre fuera así, guardo las fotos y las dejo donde habían estado, se sentía como una basura al frente de sus hermanos, tal parecía que ellos tenían valor en la sociedad y para su familia mientras que el no valía nada, sus lágrimas caían con más intensidad mientras los sollozos lastimeros comenzaban a escucharse en aquel frio sótano al saber que nunca llegaría a ser lo suficientemente bueno para alguien

-¡¡Ya cállate idiota!!-  se escucho a Keigo llegar borracho, Izuku odiaba esos días, se escondió tras un mueble cuando la puerta fue abierta -¡¿donde estas eh?! *hip* no te hagas! te acabo de escuchar cachorro de mierda!....¡¡sal ya!!- aventó la botella de cerveza, esta se desparramo por el suelo, Izuku cubrió su boca con sus manos temiendo por hacer ruido alguno que delatara su escondite

-(¡que se valla! por favor que se valla!)- rogaba en su mente

-Te encontre!- aventó el mueble dejando al pecoso al descubierto quien pego su cuerpo a la pared negando con la cabeza temiendo que lastimara su cuerpo de nuevo

El menor fue arrastrado por el otro al cuarto mientras era despojado de sus prendas que cubrían el estado lamentable de su cuerpo desnutrido y magullado, Izuku ya no se movía, ¿para que? ¿que caso tenía? no tenía la fuerza suficiente para defenderse, serís inútil tratar de pelear, solo enojaría al alfa y seria peor para el....solo....que pasara lo que debía de pasar.....a fin de cuentas....  era una simple basura a comparación de todos los demás....

<×>Solo quería tu aprobación....papi<×> (MightEreaser) ¿TodoBakuDeku?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora