No hay actitud más indignante de nuestro prójimo que el de juzgarnos por ser quienes somos, por tener diferencias y por querer mostrarnos al mundo así tal cual como somos. Seres imperfectos, llenos de defectos y a su misma vez lleno de virtudes, con muchísimas ideas constructivas que aportar al mundo que cada día va de mal en peor. ¿Por qué no somos y dejamos ser? ¿Por qué no aceptamos la gran diversidad de diferencias que hay entre los unos y los otros? ¿Por qué no aceptamos el valiente coraje de las personas que se atreven a ser diferentes? personas que se atreven a salir de esa zona de confort que nos encapsula, que nos ata ante cualquier experiencia nueva que queramos experimentar, que no nos deja mirar a mayor profundidad el alma de las personas. ¡Vivamos y dejemos vivir!
-Juliana Hernández López
(4:31am) 23/06/15.