golden hour - chuck bass.

uno

Hola neoyorquinos del este, aquí Gossip Girl. El día de hoy comienzan las clases, así que espero que estén todos listos para eso. Aunque para no perder la costumbre, les traigo el chisme de la semana. Al parecer, Nate y Blair terminaron por culpa de un engaño por parte de Archibald. Aunque, según se comenta, Nate no tiene interés en formalizar algo con la tercera en discordia. Por otro lado, todos están invitados a la fiesta de las mariposas que se realizará en dos semanas en la casa de los Archibald. Y creo que todos lo sabemos, habrá lugar para mucho drama. Saben que me aman. Besos y abrazos, Gossip Girl.

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Apagué mi celular luego de leer el post de Gossip Girl. Ya había tenido bastante drama con la ruptura de mi hermano como para seguir leyendo sobre el tema. Es difícil que la ex de Nate sea mi mejor amiga Blair, ya que prácticamente quedó en medio de sus conflictos siempre. Intenté desayunar algo antes de ir al colegio, pero el mal humor de mi hermano me cerraba el apetito. Me dispuse a terminar de arreglar mi falda y colocarme la distintiva diadema que usábamos Blair y yo.

—¿Ya terminaste? —preguntó Nate, entrando bruscamente en mi habitación, tomándome por sorpresa.

—Que hayas terminado con Blair no te justifica a volverte un idiota, ¿sabes? —respondí mientras me retocaba el gloss antes de guardarlo en mi bolso.

—Y tú deberías saber que vamos al colegio, no al bar de Bass, ¿sabes? —soltó mi hermano para fastidiarme, y lo estaba logrando. Suspiré antes de mirarlo, y una sonrisa se formó en mi rostro al saber muy bien qué responder.

—Tienes razón, si fuera al bar de Chuck me hubiera puesto otra lencería —dije con una sonrisa, ganándome una mirada fulminante por parte de Nate—. Y por cierto, si no querías terminar con Blair, lo hubieras pensado antes de acostarte con Vanessa —agregué, para luego pasar por su lado, chocando su hombro y bajar las escaleras, no sin antes escuchar un suspiro pesado de su parte.

Me apresuré en salir de mi hogar, no sin antes saludar a mi madre, ya que se estaba haciendo tarde para ir a Constance. Observé cómo el chofer ya nos esperaba a mi hermano y a mí con una sonrisa, abriéndonos la puerta del coche. Antes de subir, sentí cómo mi bolso vibraba y asimilé que alguien me estaba llamando. Miré la pantalla de mi celular y fruncí el ceño al ver el nombre que aparecía.

—¿Qué quieres, Chuck? —cuestioné de forma agresiva al atender su llamada.

—¿Alguien no está teniendo un buen día? —contraatacó Bass, y juró que podía sentir su arrogante sonrisa desde el otro lado del teléfono.

—Jódete, Bass. Le diré a Nate que robaste mi número de su celular y que desde entonces no paras de molestarme —contesté antes de colgarle sin esperar respuesta, luego guardé mi teléfono.

Iba a entrar al coche, pero sentí unas manos en mi cintura girándome bruscamente contra la puerta del automóvil. Mis ojos se exaltaron al encontrarme con el propietario de esas manos.

—Es de mala educación cortar una llamada dejando a la otra persona con la palabra en la boca, ¿lo sabías, pequeña Archibald? —dijo Chuck, apretándome la cintura y acercándose a mi rostro.

—¿Te volviste loco? —me exalté, intentando empujarlo, pero él se acercó más, desconcertándome por completo.

—No está bien llevar ese tipo de medias a la escuela, Valentina —añadió Chuck, mirando mis piernas y acariciando mi rostro.

Iba a responder algo fuera de lugar, pero unas manos lo alejaron de mí: Nate.

—¿Qué carajos crees que haces? —cuestionó un Nate enojado, empujando a Chuck.

—Darle a mi futura esposa el beso de buenos días —dijo el heredero de Industrias Bass con una sonrisa arrogante.

—Eres un idiota, amigo —soltó Nate resignado a los chistes de su mejor amigo sobre su hermana.

—Por cierto, Valen, olvidaste un conjunto de lencería en mi suite —añadió Chuck, guiñándome un ojo y generando que Nate me mirara esperando una respuesta.

—¿En serio puedes siquiera pensar que me acostaría con Chuck? —cuestioné perpleja, sin asimilar que mi hermano creyera en serio las bromas de mal gusto de su mejor amigo.

Desde que tengo memoria, Chuck siempre molestó a Nate conmigo, pero lo de esta mañana traspasó todos los límites. Jamás se me había acercado de tal forma o siquiera tocado más allá de apoyar una mano en mi espalda baja cuando me da un beso en la mejilla como saludo.

Intenté no darle importancia al asunto y me subí al coche, esperando a que Nate terminara su charla con Chuck, quien, después de unos segundos, se subió a su limosina y mi hermano a nuestro coche para dirigirnos finalmente a Constance.

—Un día de estos me pelearé en serio con él por acercarse tanto a ti —me dijo mi hermano mientras acomodaba algo en su mochila.

—Son solo bromas, Nate —dije sin darle importancia. —Ya conoces a Chuck, es muy Chuck —agregué, luego miré por la ventana por el resto del viaje.

(Pero cuidado, pequeña V, Chuck es muy Chuck, y aunque no lo creas, parece que entre bromas, la verdad de una atracción prohibida puede acercarse.)

Luego de unos minutos, llegamos al colegio, y procedí a bajarme apresuradamente del coche, no sin antes agradecerle y saludar al chofer. Pude visualizar a mis amigas sentadas en nuestros escalones y cómo una Blair triste resaltaba en ellos. Me acerqué lo más rápido que pude y abracé a mi mejor amiga, quien sonrió levemente al verme.

—Te extrañé tanto, Valen —me dijo Blair después de que nos separamos de mi pequeño abrazo.

—¿Cómo te encuentras? —pregunté, sabiendo que era una pregunta absurda, pero fue lo único que pude decir en ese momento.

—Era lo mejor, Nate y yo no somos lo mismo desde hace tiempo, y ya nos estábamos volviendo tóxicos —respondió Blair con una débil sonrisa.

—Aun así, no tenía derecho a engañarte. Debía ser sincero contigo —solté mientras acomodaba algunos mechones del cabello de mi amiga.—Sé que es mi hermano, pero tú eres mi mejor amiga, y debo reconocer que quien se equivocó fue Nate —finalicé, y Blair solo me dedicó una pequeña sonrisa.

Nos quedamos en silencio por un rato cuando mi mirada se cruzó con la de Chuck, quien bajaba de su limosina. Me dedicó una sonrisa y procedió a entrar a Constance. Acto seguido, mi celular vibró indicando un mensaje nuevo.

From: Chuck Bass

Necesito hablar contigo, ¿te veo en la fiesta de bienvenida?

Fruncí el ceño. ¿De qué debía hablar Chuck conmigo? Sin duda, las vacaciones en Italia le afectaron porque está más raro que nunca.

(Tentación prohibida, querida V, todos se resignan a ella.
Saben que me aman. Besos y abrazos, Gossip Girl.)