La pelea por la clasificación estaba en su punto más álgido, debían dejarse el corazón en la cancha y defender cada punto si soñaban con pasar de la fase de grupos de la Champions League. Olivier Giroud sabía que ese era su trabajo y lo vivía con emoción, pues nada se comparaba a la adrenalina y la euforia de anotar un gol en el torneo de clubes más importante de Europa.
O bueno, casi nada. Porque además del fútbol y las victorias, había solo una persona que lo ponía tanto o más eufórico, y que lo inspiraba mucho más que la copa misma. Su querido Kyky. Sin embargo, esta noche eran rivales sobre el césped, y conociendo el espíritu competitivo del francés más joven, Oli sabía que ardía en deseos de aplastar a su equipo durante el encuentro, sin ninguna piedad.
Aquello le resultaba sumamente estimulante a Giroud. La ferocidad y la terquedad de Kylian lo prendían. Lo veía correr con pasión detrás del balón y no podía contener la sonrisa de fascinación en su rostro. Si lo que quería era una competencia real, él sería un digno oponente.
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—¡Lo hicimos! —gritaban sus compañeros, emocionados por la victoria ante el PSG—. ¡Seguimos en la carrera!
Olivier era abrazado y zarandeado por casi todos los miembros de la plantilla, al igual que Leao, ambos autores de los tantos que habían sellado la noche a su favor. Lo celebraron como si fuera una final, tal era la ilusión de pasar a la siguiente ronda.
—¡Sí! ¡Seguimos en la lucha! —exclamó Olivier, uniéndose al festejo, genuinamente feliz de haber contribuido al triunfo de su equipo.
Poco a poco, el vestuario del Milan se fue calmando y los deportistas empezaron a recoger sus cosas para dejar el estadio. Oli buscó su teléfono y revisó sus mensajes.
» Bien jugado, goleador —se leía en un texto de Kylian. Otra sonrisa adornó los labios del mayor. Casi podía escuchar el tono sarcástico y el enfado de su novio con solo mirar las palabras.
» Gracias, amor. Siempre es un placer metértela —respondió con picardía. Sabiendo que eso solo lo provocaría más.
Dejó el celular a un lado y se fue a duchar. Al volver, encontró un nuevo mensaje.
» A diferencia de otros, no soy portero.
No me has metido nada, bebé.» Eso lo podemos solucionar.
Esta misma noche.
Si quieres —le envió de vuelta, junto con un emoji de una sonrisa sugerente.» Ya estoy camino a tu casa. No tardes.
Era la mejor respuesta que pudiera esperar. Eso de que cada uno jugara en países diferentes les había puesto las cosas difíciles, y los había obligado a llevar una delicada relación a distancia. Olivier era un romántico, y a pesar de la lejanía, encontraba siempre maneras de estar pendiente de su novio y demostrarle su afecto. Pero Kylian era impetuoso e impaciente, y necesitaba más.
Las convocatorias de la selección francesa no eran suficiente para apaciguar todas las ganas que tenían de verse y amarse físicamente. Así que este encuentro por Champions League les daba la excusa perfecta para reunirse y disfrutarse.
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Bajó del auto y se dirigió sin prisa pero sin pausa a la puerta principal. A través de las ventanas se notaba una luz tenue. Kyky había hecho sus preparativos. Apenas puso un pie en el salón, unos cálidos y fornidos brazos se envolvieron en su cuello. Sintió el peso de Kylian apoyándose contra su cuerpo y sus labios muy cerca de su rostro cuando dijo:
—Llegas tarde.
—Traje vino —se excusó, levantando la botella que llevaba en una de sus manos, para reforzar su respuesta.
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Les grands et les meilleurs
FanfictionKylian Mbappé es muy competitivo y no ha quedado nada satisfecho con el resultado de su juego contra el AC Milan por la ronda de grupos de la Champions League. Sin embargo, Giroud sabrá contentarlo y ambos pasaran una noche intensa y extenuante, y n...