Capitulo 1: Inférnum.

4 0 0
                                    

Año 3566 ; Inférnum.

En el inférnum todos tenían una tarea prescrita, incluso aquellas almas condenadas a vagar una y otra vez entre sus pecados. Para Azakiel la vida era bastante monótona, había sido condenado a pasar sus días en la Tierra cazando a todos aquellos humanos que quisieran hacer un pacto con el, el trato era siempre igual; riquezas, sexo, fama, un ciclo sin fin.

Al final del día siempre se cuestionaba si el infierno era realmente un castigo o estar en la tierra.

Luego de un hecho bastante confundo Zadkiel había cruzado el umbral del infierno cuando solo era un adolescente de 17 años, todo fue tan abrupto que cuando llego a ese lugar sus compañeros mayores decidieron unirse apoyarlo en aquel camino que era asumir donde permanecería por el resto de la eternidad. Al principio como todos en ese lugar repetía una y otra vez la escena del acto que lo envió ahí y cuando ya sintió que se estaba volviendo loco salió de aquella paradoja, la realidad es que cuando era humano nadie nunca le explicó que cada acción traía una consecuencia ya sea en lo terrenal como en lo espiritual. En aquel episodio se veía a él de pie a la orilla de lo que parecía un acantilado, seguramente era la playa que quedaba cerca de su casa, luego sentía como el agua ingresaba a sus pulmones sin permitirle respirar, una y otra vez.

Y para cuando por fin entendió lo que realmente había pasado, ya tenía 32 años, físicamente ni, mentalmente si y es que para todos aquellos seres que cruzaban el umbral de la vida, su estado físico se detenía cuando se finaliza su vida terrenal. Ya fueras ángel o demonio, todos corrían con esa misma suerte o mala suerte.

Uno de aquellos infinitos días en que se encontraba leyendo las mentes para elegir finalmente su próxima presa un hecho fortuito o tal vez del destino le hizo no cumplir con su tarea.

—Haber querido Ángel o como te haya nombrado tu jefe, como te explico que estoy haciendo mi trabajo y tu ¿me estás interrumpiendo? —contestó con una mano en su cintura y la otra haciendo ademanes en un intento de conservar la calma.

—Como te explico a ti, que este es mi territorio —refuto rápidamente aquel ser celestial que ya se encontraba entre el humano y el demonio. — Y por cierto mi nombre es Azakiel ,no se si de donde vienes te han enseñado modales .

—Okey, haber. No me interesa como te llamas o si es tu territorio o no. Los pensamientos de esta persona me llamaron y aquí estoy. —mientras intentaba no perder de vista a su nueva victima, buscaba entre los bolsillos de su abrigo negro aquel contrato que le entregaría unos días más de gloria —Entonces, me darías permiso...

El Ángel que permanecía cruzado de brazos haciendo frente a aquel insólito enfrentamiento negó con la cabeza rápidamente, no sabía si realmente aquel chico no lo conocía o simplemente ignoraba quién era, pero no estaba dispuesto a que una nueva alma se fuera a la oscuridad del infierno, al menos no en su territorio. Mientras ambos continuaban la discusión de las leyes que los regían a cada uno aquella persona que había sido contactada por Azakiel se desconecto de aquel hechizo empleado por el hombre de abrigo negro y continuo con su camino, tal vez nunca recordaría que estuvo a punto de ser condenado a una vida corta pero llena de victorias.

—Supongo que ahora debes estar feliz ¿no? –volvió a cuestionar Zadkiel, esta vez mostrándose molesto al ver cómo aquel hombre desapareció entre la gente.

—¿Quieres que te diga la verdad?, si. Estoy muy feliz. Los de tu clase tienen la pequeña o gran mala costumbre de mentir y engañar solo para salirse con la suya. No deberían actuar de esa manera — contestó con ironía el ángel sin apartar la mirada de los ojos dorados contrarios, los cuales por un segundo le permitieron ver la vida pasada del demonio.

—Okey ya entendi en que acabara esta conversación. Lo que vamos a hacer es que le diras a tu jefe que no existen territorios no hay territorios para ustedes ¿eso quién lo inventó? — insistió esta vez más relajando llevando una de sus manos al bolsillo de su abrigo — Y si tiene algún reclamo ya sabe a quién llamar, al jefe de jefes . No crea que deba mencionar su nombre ¿cierto?.

Estas fueron las últimas palabras dichas por parte de Zadkiel, quien no estaba dispuesto a perder su racha de almas conquistadas por culpa de un guardián del cielo. El haber conversado con él ya le hacían sentir los estragos de su presencia, su energía comenzaba a temblar en su interior, pero para pesar de él y de muchos, ese no sería el primer encuentro que tendrían.


Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 5 days ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Zadkiel AzakielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora