Rizitos De Oro

Capitulo 1: Torpemente encontrados

Hellowsitos, se que seguramente ahora querreis matarme, o no os acordareis de mi pero yo si de vosotros [aunque no tanto como para actualizar, shh] pero bueno. Es lo que hay. No voy a daros ninguna excusa, no la hay. No me gustaba como estaba quedando ni mi forma de escribir, pero una amiga muuuuuuuuuy pesada que tengo quiso que la siguiera (te amo) asi que eso voy a hacer. Si tengo que informaros de que la historia esta escrita de nuevo, la trama es mas o menos lo mismo, los nombres de los personajes han cambiado casi todos, y los capitulos son mas largos y dicho esto. Siento haberos dejad tirados y que disfruteis de la lectura.

Pd: intentare ir actualizando los domingos su pongo que sera mas por la noche :)

-Venga que vamos a llegar tarde!- dijo aporreando a la puerta de madera una adolescente de unos 16 años. Tenia la piel morena, el pelo rizado, corto y negro como el carbón- Vamos Debora, como lleguemos tarde Alicia nos va a matar.

- Ya voy. Y dile que lo de matarnos cuando quiera. Yo estoy en el baño y no conseguirá entrar.- le conteste gritando, hacia rato que estaba en el baño, maquillándome y peinándome - por cierto Fiona, dile a tu madre que no hace falta que llame a la policía, sigo viva.

Salí del baño lo mas rápido posible, evitando asi ser convertida en comida para perros por la madre de mi amiga, cuando entonces sonó el timbre avisándonos de la llegada de Alicia. Recorrí el largo pasillo hasta llegar a la puerta principal del duplex en el que vivía Fiona con sus padres y sus hermanos mellizos. Abrí la puerta y me encontré con una Alicia con cara de enfado máximo. Es la primera vez que la veía con esta cara ya que hacia poco que la conocía y no había tenido el "placer" (notase el sarcasmo) de verla cargando con tal enfado. Me la presentó Fiona un par de semanas antes y nos caímos bien. Ella era de estatura promedio, con el pelo ondulado, los ojos marrones y delgada, de huesos finos. En ese momento llevaba una falda tejana con una camisa blanca, una chaqueta y sus convers.

- Al fin, tienes suerte de que matar sea un delito porque sinos ahora mismo estarías tres metros bajo tierra.-fue lo primero que dijo al verme, acto seguido entro es casa recorriendo el largo pasillo de paredes blancas hasta llegar al salón donde se encontraba Fiona vistiéndose para salir a cenar.

- Tened en cuenta que no tengo paciencia y llevo esperando por vosotras un cuarto de hora largo, así que consideraros afortunadas por mi piedad.

Habló Alicia de nuevo con su ya conocido ego, el cual se le había subido mucho a la cabeza.

- Oh, a alguien se le ha subido a la cabeza el tema de ser puntual. Y dígame usted señora puntualidad, ¿conocerá el mundo alguna vez su lado impuntual? ¿O seguiremos con la incertidumbre? - dijo Fiona con voz de presentadora y entre risas, a las cuales yo me uní.

Diez minutos mas tarde estábamos saliendo de casa de Fiona cada una vestida a su manera, Alicia llevaba su minifalda con su camisa; Fiona llevaba unos tacones que iban a juego con su vestido morado con un hombro al descubierto y yo iba con un vestido verde pegado al cuerpo y unos tacones blancos con detalles del mismo verde que el vestido.

Nos dirigíamos a paso rápido, entre las calles de la ciudad, al puerto donde nos reuniríamos con el resto del grupo el cual seguramente estaría esperando por nuestro retraso. Entonces me acorde de que a con quienes íbamos a juntarnos eran totales desconocidos para mi. A a Fiona la conocí en unos de los entrenos de judo, ya que vamos al mismo club; y ella me presento a Alicia hace dos semanas en su cumpleaños. Según me informo Fiona eran un grupo de cuatro chicas, contándolas a ellas dos. Las otras dos componentes del grupo son dos chicas rubias, una se llama Casilda, es de ojos marrones, muy simpática y amorosa; la otra se llama Sonia, es aplicada, tímida y comprensiva. También me comento que de vez en cuando se les suman tres chicos, lo poco que me había dicho de ellos eran sus nombres y que tenían nuestra edad. Se llaman Andreu, Ángel y Bruno.