I.

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¿Qué y cómo se supone que es vivir el primer amor en la adolescencia? De un chico se espera encontrar a la chica indicada, un amor a primera vista, conocerse y terminar de enamorarse. Pero, ¿y si el primer amor de un chico no es una chica?

Katsuki tenía un rostro perdido, atormentado. Si bien durante las clases siempre se la pasaba en su pupitre sin mucho que hacer, ni siquiera las mayores provocaciones de sus amigos lo hacían enfadar, solamente suspirar. Eso era nuevo para Eijiro y para Denki.

— Tenemos un caso especial. —Denki fue el primero en jalar su silla para sentarse frente a su amigo rubio, quien no dejaba de jugar torpemente con un lápiz mientras pensaba.

Era hora libre, así que el caos en clase era de puras charlas casuales y momentos de relajación en clase.

— Kirishima, Bakugo parece tener una crisis amorosa. —Intuyó y acertó por su expresión facial de molestia que ahora tenía el mencionado.

—¿Crisis de amor, dices? Tú qué sabes. —Respondió, regresando al modo usual en el que se encontraba: grosero y a la defensiva.

— ¿Hay alguien que te gusta? Porque parece que no dejas de suspirar ni pensar. ¿Quién es la afortunada? —El pelirrojo también se unió a la conversación, preparando todo tipo de consejos varoniles que podía brindar respecto a las mujeres. ¿Temach?

— O la desafortunada, con ese carácter espantas hasta a las moscas. —Añadió Denki, quien solo recibió un codazo por parte de Eijiro.

— No necesito hablar de esto con ustedes, piérdanse. —La irritación era obvia, estaba queriendo desaparecer en ese momento.

Habían dado en el blanco. Tampoco sería bueno revelar lo que venía molestándole ya hace tiempo en su cabeza, en su corazón. Cómo decirles que a quien ellos creen que es una chica, en realidad es un chico muy lindo.

— ¡Andaa! Mientras no sea mi Akashi, está bien. —Denki le miró fijamente, ella era la chica que tanto le gustaba dentro del salón.

— Ten por seguro que no lo es. —Katsuki estaba siendo un poco más colaborador en la conversación, que si otra ocasión o tema fuese, ya se hubiese largado de ese lugar. Se notaba que quería hablar con alguien de eso.

Unas risas en particular opacaron los murmullos de ambiente que había en el salón. Los tres chicos voltearon a ver al dueño de tan linda risa, quien era aquel híbrido divirtiéndose en una conversación con otras dos personas, quienes eran Izuku y Akashi. Kenta estaba de espaldas a Katsuki, pero por la mirada y atención del rubio, lograron notar que algo había en él, que algo pasaba por su mente.

— Es Kenta, ¿verdad? —Kaminari preguntó, recibiendo otro codazo por parte de Eijiro.

— ¿Qué dices, burro? No puede gustarle un chico. —El pelirrojo dijo eso para evitar que su amigo dijese más locuras, no quería que Katsuki se enojara.

Pero no sucedió eso, el rubio solo suspiró otra vez, apoyando su cabeza contra su escritorio.

— Creo que Kenta me gusta. —Terminó de confesar en un murmullo. La reacción de los dos muchachos era arte.

— ¿¡KENTA!? —Gritaron al mismo tiempo, haciendo que el mencionado volteara, extrañado por el repentido llamado.

El peliblanco tenía una piel pálida y lisa, casi como porcelana. Gracias a eso, sus mejillas siempre se mantenían rosadas, contrastando y dándole un toque adorable a lo que su mirada resultaba ser, pues esta era profunda, filosa y bastante expresiva. Su cabello era largo y desordenado, no tanto como lo tenía al inicio del ciclo escolar, pero sí llegaba a cubrir un poco sus orejas.

Jardín de Bengalas | BNHA x OcDonde viven las historias. Descúbrelo ahora