Introducción

2 0 0
                                    

Todo se siente tan vacío, que ni siquiera deseo escribir una introducción, sino que solo quiero llegar al grano, la parte en que escribo con tanta entrega lo que me atormenta, hasta el punto de querer llorar por la frustración que conlleva mi vida, y la de todos. Lo miserable que es el mundo y las personas y el futuro con el que sueño, pero que realmente me ahoga con las expectativas. 

El no lograr ni una sola meta a la que me comprometo. El intentar con tanto animo mejorar, de cambiar mi vida, mi cuerpo, mi mente; ¿y todo para que? Para que al día siguiente, todas las ganas me abandonen sin siquiera intentarlo. 

Una vez, Alejandra Pizarnik, una poeta que mas que admirarla, me identifico con su desesperación, dijo: " El error esta en mi propio desconocimiento. Hago planes como si yo fuera otra. Los hago para otra. Para una muchacha sana o relativamente sana. Y yo, estoy enferma. Destruida

Un día me levanto y digo: "Quiero cambiar. Quiero hacer ejercicio. Salir con mis amigos. Escribir una bonita historia de amor que me haga hasta ilusionarme a mi. Quiero amarme y cuidarme". Y ahí es cuando recuerdo que no, que no puedo hacer eso; porque mi cuerpo no tiene la fuerza para cambiar; que no tengo ni ánimos ni ganas de hacer ejercicio;  que no tengo amigos con quien salir; que no puedo escribir porque mis cabeza esta muy ocupada con pensamientos intrusivos como para pensar en algo interesante por retratar en paginas, y menos de amor, porque yo no se lo que es el amor; y por ultimo, que no puedo amarme ni cuidarme, porque me odio con cada átomo que conforma mi sola existencia y mis ganas de destrozarme son aun mas fuertes. 

La vida siempre me devuelve a mi lugar, es tan sabia que me regresa a ese abismo de oscuridad y melancolía al que pertenezco. Me recuerda mi propia desgracia de existencia, quitándome lo que me hace feliz.  

Que bonito era el mundo desde mis ojos de niña, los ojos que tenía cuando mi corazón no solo bombeaba sangre, sino también ilusión. Cuando no me dolía vivir, cuando la idea de morirme me aterraba y el solo pensar en las personas que se quitaban la vida, un escalofrío recorría mi cuerpo.  

"Pierdo los días, la vida, el sueño. Pero yo no tengo la culpa si deseo, a la vez, la muerte y la vida, al mismo tiempo, a la misma hora"  

También es de Alejandra, y una vez más, pareciera que en vez de estar relatando su sufrimiento, estuviera narrando el mío. Como si contara las veces en las que he llorado por lo bonito y lo doloroso de la vida. Las veces que me dolió pensar en el sufrimiento de mi padre por mi muerte, ya que no vivo por mí, vivo por los demás. Como dijo Alba Gonzáles (escritora del libro "Una vida sin salud mental") : "Todos te siguen exigiendo que vivas, que lo hagas por ellos, porque por ti no, tu no puedes vivir por ti, porque por ti no lo harías, lo tienes que hacer por los demás. Por obligación. Vivir por cojones". Y tiene razón, o tal vez las personas que me rodean son solo una excusa al temor de morir y terminar olvidado, el darle el gusto a todas aquellas personas que te han dicho que no puedes, porque quizás si tienen razón y no puedes. 

Amo esos días que inician con emoción, cuando involuntariamente doy las gracias por haber despertado, aunque nunca falta la voz que susurra en los rincones del cuarto oscuro que llamo mi mente el "Ojalá haber muerto mientras dormía", lo que más me aterra es que todas esas voces que me atormentan, no son ni siquiera los susurros de otros, sino mi propia mente diciendo la verdad ante mi desastrosa realidad y mis desagradables deseos. También odio esos días, porque nunca puede faltar el bajón que me hace olvidar la alegría del inicio y recordar lo miserable que soy, con mi sobrepeso, con mis manchas, mis estrías, mis rasgos "bruscos", mis cambios de humor y  mis enfermedades. 

Y ahí es cuando viene lo peor, pensar en lo incomodo que es hablar sobre mis enfermedades, sobre mi ansiedad y la depresión que se oculta tras ella. Sobre lo extraño que es no poder decir con confianza que solo lo presumes por llamar la atención, que lo dices porque es "aesthetic" querer morirte, sino tener muchos papeles que lo afirman, tener formulas que afirman que necesito estar constantemente medicada y cada mes tener que pasar por el sufrimiento de visitar a un desconocido que finge que le importan mis problemas y a que me haga las mismas preguntas del mes anterior, y del anterior, y el anterior a ese. 

¿Cómo estas?

¿Cómo te sientes?

¿Has estado calmada?

¿Te has tomado tus medicamentos?

¿Te has vuelto a hacer daño?

Si fuera por mí, nadie lo sabría, solo yo, y tal vez así seria capaz de ignorarlo. Pero, es tan difícil mantener el control, es tan difícil ocultar las heridas y las cicatrices, la respiración acelerada es imposible de disimular, y sobre todo el hecho de que cuando te hablan no escuchas, que parece que nadie entiende que tu cabeza funciona tan rápido que ni siquiera funciona.

¿Quién mas puede hablar de la sensación que viene después de? Cuando todos te bombardean con preguntas, con sus miradas asustadas, con sus ojos juzgadores y sus rostros con una clara falta de entendimiento.

Y dímelo a mi, que tuve que ver a mi hermanita pequeña llorando asustada por ver como la chica que se supone es fuerte y valiente, desarmandose frente a sus ojos, viendo como llora en un rincón, temblando, con las uñas clavadas en la piel y con su mente derivando.

No se quien de las dos quedo mas traumada después eso. 

Es irónico que después de pensar con tanto anhelo es como seria fallecer, al tu mente inundarse de ese pensamiento, te sientas tan aterrada, porque se siente horrible. Es horrible la sensación de que tu corazón se detiene, que tus pulmones duelen y tus órganos se comprimen.

Todo a tu alrededor grita con enojo:

¡Vamos a morir!

¡Vamos a morir!

¿Premio o castigo?

Nadie lo sabe.

La ansiedad podrá verse muy normalizada, pero luego de tener cicatrices en tus manos por tu propias uñas y tus labios sangrantes por tus propios dientes, empiezas a dudar de tu cordura, empiezas a creer que las personas tienen toda la razón en decir que estas loco, que eres tan débil como para no poder guardar el control o que es tu culpa por vivir en el pasado. 

"¡Tanta vida, Señor!¿Por que tanta vida?"

"Ganas de hacerme pequeña, sentarme en mi mano y llenarme de besos" 

Dime, esta introducción, ¿a que canción te recuerda?



You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Jan 09 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Diario de un Adolescente DesesperadoWhere stories live. Discover now