El...

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Tenia once años cuando vino a casa por primera vez, es amigo de mi madre del trabajo dice ella, es extraño pues, antes que mi papa se vaya, ella nunca lo trajo a casa se llama Victor es un lindo nombre usa barba y bigote y es grande o yo muy pequeña, como vamos a la escuela aun mi hermana Ari y yo siempre estamos en casa antes que los mayores, pasaron como tres meses y el cada vez venia mas seguido y a veces hasta se quedaba a dormir, un domingo mi madre por fin nos dijo que el era su nueva pareja y que se quedaría en casa algunas noches hubo una gran discusión en casa sobre todo con mi hermano Marcos, pero el solo tenia diecisiete años, no podía hacer mucho.

Habían pasado tres meses desde ese dia y el cada vez se quedaba mas tiempo, dormía con mi madre en la habitación que antes compartía con mi padre a veces los escuchábamos, los primeros tiempos era algo muy incomodo, luego nos acostúmbramos, mi mamá parecía feliz con el asi que no nos metíamos en su vida.

La primera vez que nos golpeo teníamos once ambas faltaba un mes para que Ari cumpliera los doce, llegamos a casa de la escuela corriendo a ver quien llegaba primera al computador de la sala, entramos yo iba detrás pero empuje a mi hermana y sin querer ella con la mochila volteo una botella que era de Victor este que venia de la cocina, se puso rojo y vino hacia ella, era grande yo me asuste y me senté en el piso cuando levanto a mi hermana de los brazos y la sacudió:

_mira lo que has hecho, lo ves! ¿Crees que esto no cuesta dinero? Te enseñaré modales y a comportarte como debes- la arrojó hacia el sillón y vi que se quitaba el cinturón, mi hermana comenzó a llorar :

_Lo siento..no quise, fue sin querer...

_Ven acá! Que vengas o iré por ti y sera peor Ariadna ¡Que vengas! - ella avanzo hacia el tenia mucho miedo al igual que yo cuando le pego yo comencé a llorar tambien, mi padre nunca nos había pegado, yo cerraba los ojos y escuchaba el cinturón ir y venir, Ari ya no podía respirar bien de tanto llorar cuando el la soltó cayo al suelo abrazando sus piernas.

_Ven acá Alma, no te libraras de esto- cuando lo mire que me llamaba supe que estaba en problemas- vino hacia mi y con una sola mano me levanto del piso me arrojó al sillón y comenzó a pegarme una y otra vez sentí que mis piernas y mi espalda sangrarían, en ese momento sentí que el pecho se me cerraba y comencé a jadear, mi hermana me miro corrió y busco la mochila.

_ ¿Que estas haciendo niña? Le dijo

_Tiene asma necesita su paff

_ No necesita nada, déjala se le pasará.

_ No Victor, no se le pasara se puede morir sino aspira su medicación.

No importaba cuanto lo intente ya no podía respirar y la sensación en el pecho era horrible me estaba ahogando, mi hermana no hizo caso y saco el paff mis ojos amenazaban con cerrarse.

_Bien dale su como se llame y luego vayanse arriba limpiare esto.

_Alma, Alma- sentí que me sacudieron- ayúdame abre la boca- le obedeci y detono dos veces aspire y sentí un alivio poco a poco volvía a tener aire, mire a Ari que me sonreía.

_ gracias...le dije y nos levantamos y fuimos arriba cuando llegamos allá vi a mi hermana, donde el le había pegado la piel esta entre roja y azulada y algo inflamado - tus piernas Ari-

_No importa Alma ya no debemos jugar asi cuando el esta abajo.

oimos que el timbre sonó esa voz era mi abuela, había olvidado que hoy era viernes y pasarían por nosotras, mi abuela pidió permiso y subió cuando nos vio de sus ojos cayeron lagrimas y nosotras la abrazamos no dijo que juntemos nuestras ropas y que nos esperaba abajo, escuchamos que le reclamaba a mi padrastro por pegarnos.

Mi hermana tomo el bolso y mi mano y bajamos, cuando llegamos ahí mi abuelo había entrado a la casa por que hoyo loa gritos de mi abuela empujo a Victor contra la pared y agarrandolo de la camisa le dijo:

_ maldito infeliz, cuando me entere que tocas otra vez a estas niñas te matare de una forma lenta y dolorosa, cobarde, son criaturas indefensas ante ti porque no le pegas a un hombre.- mi madre había llegado y se apresuró a separarlos:

_Papá ya basta, ¿Que sucede?

_No me hables, debería darte vergüenza meter a un hombre que no es el padre de tus hijos y dejar que les pegue, no volveré a pisar tu casa, vamos a la camioneta- nos ordeno.

Mi madre no dijo ni una sola palabra y nos fuimos con mis abuelos en el camino podía notar cuanta furia le dio vernos de esa manera, mi hermana y yo nos miramos.

_Calmate Mauricio, te pondrás mal- susurro mi abuela-

_No, no me puedo calmar mira estos angeles que han hecho ellas para que ese animal les levante la mano, te lo juro Eleanor si vuelve a tocarlas lo mataré.

Mis abuelitos son jóvenes aun y son como nuestros angeles de la guarda son los papas de mi madre y nosotros somos muy pegados por ellos agradezco a esta vida por tenerlos.

Mi abuelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora