Naruto: Shinobi sistemático

Capítulo 12: Grind Again. parte 3

¿Sabes que?

El arte de sellar es sólo un cañón.

Parecía que cuanto más aprendía Daiki, más se daba cuenta de que no sabía nada. Pero al mismo tiempo, se dio cuenta del peligro del clan Uzumaki, gracias a lo cual tres de las cinco principales aldeas shinobi se unieron para destruirlos.

Lo único que podía describir era aprender de repente los conceptos básicos de las matemáticas y descubrir el mundo mientras su mente percibía las cosas de una manera completamente, casi extraña, pero natural.

Por ejemplo, dos más dos eran cuatro y dos más dos también eran cuatro. Dos más tres eran cinco, pero dos por tres eran seis.

Era como un código para algún componente de la realidad.

Fue increíble.

Y con un poco de ingenio y creatividad se puede conseguir mucho.

"Bueno, algo así, chico", dijo el tatuador, que acababa de terminar de trabajar en la segunda palma, "En total para ambos: veinte mil Ryo".

Un poco caro pero vale la pena. Daiki miró sus palmas, donde la matriz del sello estaba dispuesta en toda su palma y luego giraba en espiral entre sus dedos y cruzaba sus muñecas, casi pareciéndose a una red.

Él mismo proporcionó la tinta para los tatuajes. Era una tinta selladora mezclada con su propia sangre, lo que hacía que el sello requiriera menos chakra para activarse siempre que fuera impulsado por su chakra.

"Pero hay que tener cuidado de no forzar demasiado las manos y sería aconsejable limpiar las heridas en los próximos días", añade el tatuador.

"Sí, eso es normal", Daiki lo despidió con la mano.

Con mucho cuidado, juntó las manos e hizo dos sellos simples: "Mystic Palm Jutsu", dijo, y una luz verde brilló alrededor de sus manos.

Gracias al aura verde del jutsu, pudo curar pequeñas heridas con agujas en cuestión de segundos.

"Oh, claro, un ninja", el hombre miró su frente, donde estaba ubicado el protector, "Conveniente, supongo".

"Tienes razón", sonrió Daiki, metió la mano en su bolsillo y sacó su billetera, contando el precio indicado en billetes, "Toma, muchas gracias".

"No hay problema, tienes un tatuaje genial, incluso fue interesante trabajar en él", el hombre se encogió de hombros, "No dudes en contactarme nuevamente si necesitas algo así".

"Definitivamente", respondió Daiki, se despidió del hombre y salió del salón de tatuajes.

Cambió las pesas por unas más pesadas, porque le facilitaban tanto el movimiento que casi no las notaba. Afortunadamente, el mismo vendedor le permitió cambiar los viejos y pagar más por los nuevos, por lo que sólo tuvo que desembolsar cincuenta mil Ryo por ellos.

Cuadruplicó el peso de cada miembro, de modo que ahora cada miembro pesaba quinientos veinte kilogramos, mientras que el peso total era de dos mil ochenta kilogramos. Llevaba casi la mitad de lo que llevaba Rock Lee en una pierna.

Además de eso, mientras se distraía con las compras, también se ocupó de lo que acababa de hacer: pasó por un salón de tatuajes para tatuarse en las palmas de sus manos su recién creada matriz de sellado.

En verdad, era un sello bastante simple, con sólo modificaciones menores. Tomó un trozo del sello explosivo y lo añadió al sello de almacenamiento. Más precisamente, tomó el papel que añadió una onda de choque al sello explosivo.