Capitulo 7- Tómame

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POV Camila

Dios, me hizo sentir desconectada del mundo, tuvo el placer tan intenso que ni siquiera podía ver bien. Respiré, tratando de recuperar el aliento pero fallando.

—Di las palabras, nena— murmuró. —Dime lo que quiero oír— dijo Lauren contra mi carne sensible. —Dime cuánto quieres esto y es tuyo. — Apoyó su cabeza en mi muslo interno, su aliento cálido se burlaba de mi carne, se me puso la piel de gallina en los brazos y las piernas.

Quería, necesitaba sentirla dentro de mí. —Lauren, no hables más. Por favor, tómame.

Gimió y puso su cuerpo sobre el mío, poniendo su mano en la parte posterior de mi cuello, acercando mi cabeza a la suya. Nuestros labios estaban a centímetros de distancia, tan cerca que si me inclinara sólo un centímetro estaría besándola. Estuve tentada de hacer justamente eso, pero esperé, dejándole guiar, controlar.

—Desde que te vi por primera vez durante la entrevista, supe que tenía que tenerte. — Me miró directamente a los ojos, sus labios moviéndose suavemente sobre los míos mientras hablaba. —Sabía que serías mía. — Presionó sus labios ligeramente contra los míos, sin besarme realmente, pero prometiendo hacer eso y más. Me olí a mí misma en sus labios todavía, un aroma dulce pero almizclado que tenía a mis músculos internos apretando dolorosamente, necesitando que se enterrara dentro de mí. —Y nada ni nadie, nunca ayudará a aliviar el dolor.

No pude evitar temblar contra ella. Pasó su lengua por mi labio inferior. Cerré los ojos y absorbí las sensaciones. Nunca me había sentido así.

—Nunca tendré suficiente. — Pasó sus dedos por mi lado. —Y la forma en que tiemblas por mí me excita de una forma que nunca había experimentado antes. — Presionó y deslizó sus labios a lo largo de la esquina de los míos y siguió moviéndose hasta que estuvo junto a mi oreja, su aliento cálido burlándose —Y tu coño es la cosa más dulce que he probado nunca. —susurró y yo cerré los ojos y me quejé. Sólo sus palabras podrían haber hecho que me corriera.

Estaba tan mojada otra vez, necesitándola desesperadamente, a punto de decir las palabras, suplicar que me cogiera. Pero antes de que pudiera hacerlo, me pasó los dedos entre las piernas y me acarició el coño.

Gruñó contra mi oreja. —Créeme, tengo muchas ganas de follarte, pero prolongar esto es casi mejor.

—Es sádico— me las arreglé para susurrar.

Se rió suavemente y apretó su polla contra mi húmedo coño empapado, dejándome sentir la dura que estaba. Movió su boca al punto de pulso en mi garganta, justo debajo de mi oreja, y mientras continuaba pasando su dedo sobre la abertura de mi coño, lamió y chupó mi carne. —Estás tan condenadamente mojada para mí. — Metió su dedo dentro de mí y me mordí el labio. —Apuesto a que este pequeño coño mojado y rosado será el más apretado que jamás haya sentido.

—Oh, Dios, Lauren. — Prácticamente tarareaba con mi necesidad de ella.

Ella deslizó otro dedo en mi cuerpo y luego otro hasta que me metió tres dedos. —Dios, has empapado toda mi mano en tu néctar.

Jadeé mientras me metía y sacaba los dedos perezosamente.

Me metió los dedos como unas tijeras, abriéndolos bien, preparándome para su gruesa y larga polla. Movió los dedos más rápido y con más fuerza dentro de mí, el sonido de mi carne chupándola llenando la habitación obscenamente.—La sensación de tu dulce coño chupando mis dedos está haciendo que mi polla se ponga tan dura. Tengo un goteo constante de la punta de mi polla, nena.

La agarré de los hombros, con mis uñas clavadas en su carne. Me estaba cogiendo con sus dedos, rotando mis caderas y empujando hacia abajo sobre ella, necesitando más. No creía que tuviera la capacidad de tener un orgasmo tantas veces, pero estaba claro que Lauren sabía exactamente cómo sacarlo a relucir en mí.

Una noche más CAMREN GIPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora