Prólogo

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Cuando me mudé a mi nueva casa y a mi nueva escuela, no pensé que las cosas llegarían a tomar ese rumbo inesperado.

Mi nombre es Hlashne Markin's, estudiante de una escuela pública, amante de los libros; y siendo tan solo una adolescente de 14 cortos años, mi mundo se vino abajo él día que mi padre tomó la iniciativa de mudarse.

No podía creerlo, la casa en la que había sobrevivido por 14 años sería la que abandonaría en tan solo unos días.

Eran al rededor de las 8 p.m. Me encontraba tumbada en la cama dentro de mi habitación, pensando en como sería vivir en ese lugar y como serían mis nuevos compañeros de clase.

- Esto está terriblemente mal - me dije a mi misma mientras tomaba aire por las fosas nasales para después expulsarlo por la boca. - moriré en esa escuela.

Desde pequeña me habían enseñado una personalidad que no era mía; ser positiva. Era algo que simplemente no se me daba bien. Al igual que acostumbrarme a una cosa en poco tiempo.

- ¡Hlashne! - llamó su padre que recién había llegado y esperaba un saludo de su parte. - ¡Te traigo un regalo!, ¡Baja!

¿Un regalo? Si algo le encantaba tanto como pasar el tiempo leyendo, era recibir un regalo. Esa emoción que presentas cuando te regalan algo, es inexplicable. Razón por la cual bajo las escaleras lo más rápido posible y se detuvo en el último escalón de madera.

Su padre la saludó de la manera más forzada posible; estaba exhausto. Puso en sus manos el detalle sin decirle ninguna palabra más que un "ahora vuelvo" y subió a la planta de arriba, directo a empacar en cajas las cosas de su pequeño despacho.

Ya estaba acostumbrada a las actitudes de su padre. Sabía que tal vez sus decisiones respecto a la relación con él no estuvieran bien. Tomaba en cuenta que su tutor debía sentirse cansado después de trabajar 10 horas seguidas, pero a su padre le gustaba su trabajo; ingeniería industrial.

Estaba casi segura de que amaba más su profesión que a su propia hija.

Desde que su madre había muerto, nada era igual.

¿Por qué?

Porque los dos siempre habían estado muy apegados a ella. Era su mundo, la persona más importante para ambos. Mientras que la relación con su padre nunca fue muy unida que digamos. Siempre existía algo que impidiera que tuvieran alguna unión. Aunque sabía, en el fondo, que a su padre le importaba su bienestar.

Por eso estaba haciendo todo esto.

¿Mudarse de casa?  No, solo era para desahogarse y dejar atrás todos los recuerdos de su madre.

El paquete que descansaba ahora en sus manos estaba muy bien forrado con un papel amarillo pastel. Estaba algo mojado por la humedad que desprendía el tacto de su progenitor.

Sacudió el paquetito haciendo sonar lo que contenía y procedió a abrirlo con delicadeza. En su interior había un collar color gris intenso con un corazón negro que tenía una "H" blanca en el centro.

No era muy fanática de las decoraciones, pero si el regalo era de parte de su padre, lo apreciaría aunque estuviera hecho de restos de la basura.

Lo tomó en sus manos como si de una reliquia se tratara, mirándolo con una sonrisa, se lo colocó en el cuello y siguió sonriendo.

Subió a la habitación, dispuesta a seguir empacando.

Tenía cosas viejas, que ya no utilizaba o que no le gustaban. De algo le sirvió hacer la limpieza. Tiró todo lo que no le interesaba y guardó lo más importante para ella.

Bajó y se abrió paso entre las maletas con pertenencias suyas que se encontraban en la sala para colocar más de estas.

Aproximadamente a las 10 p.m. supo que tenía que dormir, pero no lo hizo.

- Hija, tienes que dormir - decía con tono preocupado. - mañana nos vamos a la nueva casa.

Tenía razón, a la mañana siguiente estarían en las puertas de esa casa a la que desearía no ir.

- Claro, papá - mintió. - que tengas una buena noche, me voy a dormir.

Subió escalón tras escalón tratando de no hacer ruido para que no se diera cuenta de su presencia. Una vez arriba tomó su libro favorito, titulado "misterios de el bosque" y lo abrió en la página que había quedado la noche anterior.

Siendo sincera, no se durmió 20 o 30 minutos después. Ni siquiera los contó, pasó más de una hora y no se había percatado hasta que escucho pasos hacia su dirección.

"Una noche más" escribió en la libreta que tenía más cerca antes de quedar completamente dormida en una habitación vacía.

🥀 Nada es como te lo imaginas 🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora