chispita 2

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Dos semanas después.

Jimin salió de su trabajo por fin. Hoy no había mucha gente en el bar, pero había un grupo de 6 chicos que no dejaban de pedir tragos.

Soltó un suspiro y miró la hora. Su bus estaba por pasar, así que espero. En eso le llegan unos mensajes de YoonGi preguntando si ya salió. Él dijo que sí que estaba esperando el bus, YoonGi solo le respondió que mirara para enfrenté.

Jimin miró raro ese último mensaje, pero levantó la vista y vio a YoonGi en un auto. Era un Volkswagen Jetta. Jimin se paró y cruzó rápido la calle.

—¡Hyung! ¿Qué hermoso auto, de dónde lo sacó?—. YoonGi rio y le dijo que subiera, y Jimin así lo hizo. —Responde YoonGi, ¿de dónde sacaste este auto? ¿No es robado o sí?—.

—Muchas preguntas y pocos besos— se estiró y besó los labios de Jimin. —Hola, para ti también nene, y no, no es robado, era un auto de papá, pero me lo regalo por qué le dije que estaba saliendo contigo, ya te dije que no estoy más en esas cosas, nene, confía si?- le sonrió mientras prendía el auto —vamos a casa, te esta esperando el mejor estofado de cerdo que vas a probar en la tierra—.

En estas últimas dos semanas YoonGi prácticamente vive en el departamento de Jimin y eso no le molesta a ninguno, Jjimin no se sentía tan solo.

—Ay, sos tan lindo — Jimin lo sincho y beso sus labios —te extrañé hoy—.

No se veían desde la mañana cuando YoonGi se tuvo que ir a la empresa de su padre, nunca pensó que le iba a tomar todo el día, al parecer el señor Min quería estar con su hijo, Jimin entendía, la relación entre ellos no era la mejor desde hace un tiempo, después de la perdida de la madre de YoonGi, las cosas cambiaron mucho.

Al llegar al edificio, subieron y se dieron uno que otro beso, al llegar a la departamento, YoonGi puso el código y entraron.

—Anda a tomar una ducha, nene, la cena la dejé casi lista, así que ya la caliento — habló viendo con ternura cómo Jimin abrazaba a su gatita y le daba besos. —Dale amor, anda, después le das mimos a esa gata gorda — habló riendo—.

—¡No le digas así a mi hija!, gorda, tenes la pija, mi niña no es gorda— habló mientras se iba al baño con su gatita en brazos—.

—¡Pero esta pija gorda te encanta! —gritó riendo y rió más al escuchar a Jimin gritándole que era un desubicado—.

Después de una cena tranquila, YoonGi tomó una ducha antes de dormir, entró a la habitación secándose el pelo con una toalla, solo llevaba un short que usa de pijama y arriba nada, dejando a la vista su abdomen tatuado.

—Jiminie— habló mientras se sacaba la toalla de la cabeza para poder ver bien a Jimin y se sorprendió al verlo sin remera, Jimin no es muy fan de estar sin remera —estás bien nene?— se acercó a él, se estaba mirando al espejo- no te gustaría un tatuaje aquí?- paso sus dedos por abajo de sus costillas derechas, a unos centímetros de su cicatriz-.

—Estoy bien, solo estaba viendo cómo están las... las cicatrices —soltó un suspiro para darse la vuelta y abrazar a YoonGi por el cuello.  —¿No te doy asco, verdad?—habló con un poco de miedo en su voz, este tema era algo que se venia repitiendo mucho en su mente en los últimos días—.

— Jamás sentiría eso por vos, mi amor sos hermoso ante mis ojos. Créeme cuando te digo que estoy enamorado de cada pedacito de tu cuerpo, de tus marcas, de tus cicatrices, de tus lunares, de todo vos —habló calmado abrazando a su nene por la cintura —Te amo—.

—Yo te amo más Gigi - hablo para después besar sus labios con ganas, era un beso intenso, Jimin sin algún tipo de vergüenza bajo sus manos, todo por el pecho de YoonGi tocando todo el abdomen marcado de su mayor— mmm~ vamos a la cama Hyung —habló un poco agitado-.

𝑪𝑬𝑹𝑬𝒁𝑨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora