MARRY ME // Taylor Swift

Capítulo 18

"Bailamos" - 17 Años

No quería salir, era vergonzoso y ridículo, sin mencionar horroroso.

El vestido caía en suaves ondas blancas y terminaba con un bordado de flores en color plateado.

Era el vestido de novia que todo chica soñaría, menos yo. El sólo pensar que me casaría en un mes más me producía náuseas, hacía que la respiración se me cortara y que todo me diera vueltas. Aún seguía un poco enferma, estuve en cama por una enfermedad respiratoria aunque no fue nada grave.

Eso solo sirvió para que la vieja Taylor volviera.

A veces me preguntaba que pasaba por su cabeza, un día estaba bien y al otro no.

No me atrevía a preguntárselo, tal vez fuera demasiado obvia y yo no me diera cuenta y de ser así, ella nunca me perdonaría el habérselo preguntado.

Di una pequeña vuelta, admirando el vestido y junté valor. Tenía que salir del probador en algún momento de mi vida.

Abrí un poco la puerta y las vi allí : Sofía -quien daría el veredicto final-, Gracie, Sabrina, Selena, mi madre, mis hermanas y Andrea.

Todas juntas llenaban el espacio dado para esperar y ver el vestido.

Salí sin mirarlas, no quería ver sus expresiones,
pero las vi de todas formas, ya que el lugar estaba rodeado de espejos.

—¡____, no lo puedo creer! ¡Mírate! —mi madre fue la primera en gritar.

Se acercó a mí corriendo y antes de darme cuenta de lo que hacía, el flash de la cámara me cegó.
Sacó más de veinte fotos.

Sofía caminó alrededor de mí, examinando cada detalle del vestido mientras Selena me hablaba sobre las combinaciones que podrían hacer con los vestidos de dama de honor.

No quería ofenderla ni bajar su ánimo, pero estas cosas me traían sin cuidado. No importaba la tela o el diseño de un vestido, al final de cuentas me casaría igual con Taylor de la misma forma en que lo haría en Inglaterra que en Francia.

—Este es el indicado —sentenció Sofía.

Todas estuvieron de acuerdo, pidieron mi opinión, no las contradije y les di en el gusto. Andrea me ayudó a sacarme el vestido sin arrugarlo, y las demás fueron a ver los de dama de honor mientras mi madre pagaba.

—¿En serio te gusta el vestido, ____? ¿O sólo dijiste que sí para no probarte otro? —Andrea era muy perceptiva.

Reí bajo, dándole a entender que tenía razón. Negó con la cabeza y su mirada se ensombreció un poco.

—Cariño, yo te quiero tanto como a una hija, pero no puedo soportar ver que tú no quieres a Taylor tanto como lo hace ella.

Me quedé en silencio con sus palabras, nunca antes me lo había dicho tan directamente.
Siempre me decía lo mucho que me quería
Taylor y que por favor intentara dejarla que me conquistara, pero al parecer su paciencia, o tal vez su tolerancia, habían llegado a cero.

Y la comprendía: si mi hija o hijo estuviera enamorado de una idiota como yo, también hablaría con ella o el.

—Lo siento, Andrea.

—No lo sientas ____, pero si las cosas siguen así y tú crees que nunca cambiarán, será mejor que detengas todo. No creo que mi hija resista otro divorcio.

Estuve a punto de llorar.

Recordé cuando Andrea llegó junto a Austin y Taylor, no traían maletas ni nada. Su padre los había abandonado y ella se vio obligada a trabajar.