Sumido en sus tormentosos pensamientos, Yang Jeongin regresaba al palacio después del desastroso encuentro con la terrible bestia en la que se había convertido Seo Changbin.
Revivir la escena de su escape, logró que un sinfín de preguntas comenzaran a hacerse presentes en su cabeza, y lo dejaban todavía más en duda.
¿Qué era lo que realmente le estaba provocando su sangre a esa desaliñada bola de pelos? Porque parecía no estar completamente consciente de lo que estaba haciendo, sin embargo, iba detrás de él.
¿Acaso la bestia reconocía al responsable de lo que le estaba ocurriendo? ¿O era solamente su instinto debido a que los chupasangres y los licántropos eran enemigos naturales?
Changbin ya le había advertido esa misma mañana que sus poderes se habían visto afectados, pero Jeongin no sabía si la mezcla de sus sangres terminaría haciéndole un bien o mal a ambos.
Cuestiones sin fin. Respuestas al aire. Todo se estaba tornando cada vez más sombrío, y todo era culpa de sus actos egoístas; donde solo estaba pensando en él esa noche que decidió ayudarlo con su lesión.
Pero, ¿realmente lo había ayudado por conveniencia o había algo más profundo detrás de esas acciones?
Abordar y profundizar más sobre lo ocurrido aquella noche, le generaban una opresión en el pecho, junto a unas insanas ganas de darse la media vuelta e irlo a buscar después de haberle hecho perder su rastro.
Jeongin había hecho lo correcto al guiarlo lejos del palacio de los Coventy para no provocar más desastres. Lo que le sucediera de ahora en adelante a Seo Changbin, ya no era de su total importancia.
Luego de tratar de dejar atrás su tormento, detuvo sus pasos en seco cuando sus ojos terminaron encontrándose con los del príncipe.
Hwang Hyunjin estaba frente a él con los ojos inyectados de sangre; un intenso color que reflejaba la ira interna con la que estaba luchando.
Antes de que pronunciara palabra alguna, Hyunjin envolvió su gélida mano alrededor del cuello de Jeongin, apretándolo con fuerza descomunal.
El híbrido, sorprendido y momentáneamente indefenso, sintió la helada presión de los dedos del príncipe cortándole el aliento.
Entonces, con un movimiento brusco y despiadado, Hyunjin levantó a Jeongin del suelo con facilidad. La frágil figura del pelinegro quedó suspendida en el aire por un instante antes de ser arrojada con fuerza hacia el suelo, como si fuera una marioneta en manos de un titiritero sádico.
El impacto de su delgado cuerpo resonó en medio de la noche. Hyunjin lo observó y la oscuridad en su mirada le dio a entender al híbrido que no había lugar para la misericordia en ese momento.
El príncipe, con una expresión dura y una sombría aura envolviéndolo, se acercó lentamente a Jeongin.
—Te advertí que mantuvieras tus sucias manos lejos de él —las palabras fueron pronunciadas en un frío susurro, uno que lograba rivalizar con la temperatura de su piel inhumana, incluso con la de la noche—. Que no me hicieras entrar en tu mente y destruirte. Ahora enfrentarás las consecuencias.
Jeongin se encontraba en el suelo, vulnerable y aturdido por el impacto, pero no tardó mucho en volver a recuperarse después de escuchar aquellas últimas palabras que lograrían intimidar a cualquiera que estuviese escuchándolas.
—Su alteza, puedo explicarlo... —pronunció, como si realmente estuviera dispuesto a enfrentar las consecuencias de sus acciones.
Hyunjin se inclinó sobre él. Sus ojos parecían arder como las llamas del infierno. Agarró con fuerza la ropa de Jeongin y lo elevó hasta que sus ojos estuvieron a la misma altura.
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BISSED • Hyunlix
FanfictionLee Félix, un joven que vive bajo sus propias creencias e ideales, piensa que todo lo que se dice acerca de criaturas nocturnas solo son absurdos cuentos de terror para sembrar miedo en las personas y tenerlas controladas. Sin embargo, su perspectiv...