En la tranquila rutina de Son Goku, un joven relajado y despreocupado, la estabilidad se vio amenazada cuando perdió su trabajo. En su búsqueda por encontrar una fuente de ingresos, se topó con una oportunidad única: un anuncio en línea solicitaba a alguien con sus habilidades para trabajar en el área de sistemas administrativos de una exclusiva academia femenina.
Movido por la curiosidad y la necesidad económica, Goku decidió aplicar. Para su sorpresa, la respuesta fue rápida y afirmativa. La academia, conocida por sus estrictos estándares educativos y la singularidad de ser solo para mujeres, se convertiría en su nuevo lugar de trabajo.
El primer día de Son Goku en la academia finalmente había llegado, y con él, la ansiedad de decidir qué vestimenta sería la más adecuada. Después de pasar la mañana debatiéndose entre la formalidad y la comodidad, optó por seguir las indicaciones del formulario de la academia, que resaltaba la importancia de un código de vestimenta estricto.
Convencido de que la formalidad era la clave para causar una buena impresión, Goku eligió un conjunto clásico impecable. Se vistió con una camisa negra perfectamente planchada, una corbata elegante y un saco del mismo color. Completó el atuendo con pantalones y zapatos negros, garantizando que cada detalle reflejara profesionalismo y respeto por las normas de la academia.
Aunque sentía una ligera incomodidad por no estar acostumbrado a vestir de manera tan pulcra, estaba decidido a enfrentar su primer día con confianza y estilo.
Antes de salir de su departamento, Goku se miró una última vez en el espejo, ajustando su corbata con precisión y murmurando para sí mismo:
ー Bueno, parece que voy a una boda y no a una academia. ¿La corbata tiene que ser tan apretada?
Con una sonrisa y una mezcla de humor auténtico y ligera nerviosidad, Goku se encaminó hacia su primer día en la academia, preparado para enfrentar cualquier cosa que se cruzara en su camino.
Goku estacionó su auto negro sin problemas en la zona de garaje de la academia. Suspiró nervioso, consciente de que su primer día de trabajo estaba a punto de comenzar. Se encaminó hacia la entrada de la gran academia, maravillándose con la amplitud de pasillos, casilleros y pisos, aunque no pudo determinar cuántas aulas albergaba. Inhaló profundamente y se dirigió a la zona administrativa.
En el área de oficinas, observó a mujeres y hombres concentrados en sus tareas frente a las computadoras. Parecían absortos en mantener todo en orden y cumplir con sus responsabilidades en horario. Una joven se acercó a Goku, preguntándole si era su primer día. Nervioso, Goku asintió y le entregó su tarjeta de trabajo.
—Sí, es mi primer día aquí. Soy Goku —dijo con un gesto de nerviosismo.
La joven se presentó como la gerente del lugar, extendiéndole la mano de manera amable.
—Mucho gusto, Goku. Soy Yu Satou, la gerente de sistemas administrativos. Bienvenido a la academia. Si necesitas algo, no dudes en llamarme —le dijo Yu con una sonrisa tranquilizadora.
Guió a Goku hacia su oficina, donde le explicó detalladamente sus responsabilidades, desde la gestión de archivos hasta la importancia de hacer fotocopias de documentos clave. Después de una extensa explicación, Yu se despidió, asegurando que estaba disponible para cualquier consulta.
—Buena suerte en tu primer día, Goku —añadió antes de retirarse.
Goku se quedó solo en su nueva oficina, procesando la información.
Entre el traslado de archivos, la entrada de datos y la familiarización con el sistema informático, el primer día de Goku avanzó rápidamente. A medida que trabajaba, comenzó a reconocer los rostros de sus colegas, aunque aún no entendía completamente la dinámica de la academia.