Día rutinario, tomar un café puro por la mañana, desayunar lo que sea posible y ir directamente al trabajo. - No poder dormir adecuadamente está matándome- mi cabeza no dejaba de dar vueltas, aunque ya estaba acostumbrada a ello.
-Mis ojeras, parecen ser más profundas- claro que si, no tengo tiempo suficiente para cuidar de mi apariencia; ser médico y gastar mi ritual casi a tiempo completo, me consume poco a poco...
No puedo quejarme, a pesar de ser un trabajo pesado, soy la única que puede salvar vidas de hechiceros jóvenes y colegas.
Pasaban las horas y siempre había trabajo que hacer, cuando no había hechiceros que atender, shoko pasaba la mayor parte del tiempo investigando nuevos descubrimientos sobre las maldiciones, ya sea por los cuerpos que le eran proporcionados o simple curiosidad.-Este debería ser tu tiempo para poder comer algo shoko- No había respuesta alguna de la castaña - te traje pan- se acercó poco a poco al escritorio pequeño, en dónde estaba leyendo algunos documentos. Con mucha sutileza, puso una mano en uno de sus delgados hombros.
-mmh?- despacio giro su cabeza para poder mirar al nombre rubio que tenía a un costado.
-nanami? Disculpa no te escuché pasar, sucede algo? -itadori y los demás están bien ?.
-Los chicos están bien shoko, no vine aquí porque necesitará algo, bueno quizás si necesite algo.
-Umm, si no es nada relacionado a los muchachos... Que estás haciendo aquí? Gojo está de bromista contigo otra vez, no es así.
-No, tampoco se trata de eso- El rubio no pudo evitar mirar directamente a la doctora, no estaba prestándole atención en absoluto después de haberle contestado eso último, al menos no lo estaba mirando, seguía leyendo los documentos en sus manos. Analizó por un momento la cara de la castaña, estaba un tanto pálida y sus ojeras se estaban tornando más púrpuras de lo normal, tampoco paso de alto lo delgada y delicada que se veía. -Parece que estás ocupada, sin embargo no deberías descuidar tu salud- shoko dejo de centrarse en los documentos y miro a nanami.
-Traje un poco de pan y otros alimentos-
-Te he dicho que no me gusta el pan dul- Ya lo sabía por eso te he traído uno salado. La castaña miro al rubio con un poco de sorpresa, sus colegas olvidaban ese pequeño detalle casi siempre, incluso el albino solía olvidarlo muy seguido. -te agradezco, lo comeré más tarde-
-No, se que no lo comerás, he venido a asegurarme de que te alimentes como es debido, itadori me ha expresado preocupación por ti, me ha dicho que te ha visto muy abatida, que te trajera algo de comer de su parte .
-Parece que itadori te ve como una figura materna de alguna manera- la castaña no sabía que decir, lo único que pudo hacer, fue empezar a comer el pan y lo demás que el rubio le había traído, no pudo evitar sentir gentileza.
El rubio, empezó a comer junto a ella, piezas de pan que había traído para él. Comieron en silencio hasta que ambos terminaron, de inmediato shoko tomo los documentos y volvió a escribir algunas anotaciones.
-Que es lo que estás investigando ?- pregunto un tanto preocupado. - La relación del alma y del cerebro.- Dijo en un tono seco, era una señal para que se retirará.
Nanami entendió la indirecta y camino hacia la salida del estudio, antes de poder salir, la castaña dijo su nombre. -Nanami.. dale las gracias de mi parte al niño.
- El rubio asintió y se marchó del lugar.
Durante la noche las cosas parecían tranquilas en el área de trabajo de la doctora, seguía diseccionando los cuerpos de algunas maldiciones que gojo le había traído hace unas horas.
Ocupada en los cuerpos, se percató de la presencia del albino, decidió dejar de trabajar en el cuerpo y voltear para ver lo que necesitaba.
-Sabes que siempre estoy ocupada, a qué se debe tu visita tan inesperada.- dijo mirándolo fijamente a los ojos. - Creí que ya no estarías aquí, pase por causalidad y viéndote aquí, solo quería saber si ya habías comido algo-
Shoko miro confusa a gojo, ¿por qué ? Tanto interés en que coma. - He comido un par de naranjas, no era necesario que vinieras por esa razón- Hubo un silencio incómodo entre ambos, desde la partida de suguru, ninguno de los dos a logrado acercarse tanto como quisieran.
-Si es eso lo que querías saber, ya puedes irte, aún tengo cuerpos en los que trabajar- El albino miró sin expresión a shoko; por qué se empeñaba tanto en alejarlo ?, observó como la castaña volvía a su trabajó, preparando todo de nuevo. No tuvo más remedio que darse la vuelta e irse del lugar de trabajo.
Lo que la castaña no sabía, es que el albino solo buscó una excusa para verla.
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Un anhelo añorado.
RomanceNos adentramos a los sentimientos profundos de nuestra protagonista ieri, aquellas emociones que no han logrado ser expulsadas la atormentan poco a poco, haciéndola recordar sucesos dolorosos... Quiero aclarar que interpretare a shoko a mi perspecti...