Diarios Entrelazados

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La tarde caía sobre Seúl, pintando el cielo de tonos cálidos y dorados. En la exclusiva escuela secundaria, donde los susurros de secretos y la intriga flotaban en el aire, dos mundos colisionaban.

Lee Ha-jun caminaba con confianza por los pasillos, su impecable uniforme blanco resaltaba entre la multitud. - "¿Has visto el último modelo de mi auto? Es simplemente magnífico", comentó a su grupo de seguidores mientras se acercaban a la puerta de la escuela.

Park Sung-ho, por otro lado, prefería la soledad mientras se dirigía a sus clases. Su mirada seria y concentrada mantenía a los curiosos a distancia. En ese momento, sus ojos se cruzaron con los de Lee Ha-jun, desencadenando una chispa de desdén que no pasó desapercibida.

Ambos compartían un secreto: cada uno poseía un diario donde vertían sus pensamientos más íntimos. Mientras Lee Ha-jun garabateaba sobre sus extravagantes fiestas y conquistas, Park Sung-ho reflexionaba sobre la complejidad del mundo que lo rodeaba.

En su lujosa habitación, Lee Ha-jun hojeaba su diario con desdén. - "Otra fiesta aburrida. No sé por qué me molesto", murmuró para sí mismo, hasta que sus ojos se detuvieron en una entrada particular. "Park Sung-ho", escribió con una mezcla de irritación y curiosidad.

En la habitación minimalista de Park Sung-ho, una lámpara tenue iluminaba su diario mientras reflexionaba sobre las pequeñas alegrías de la vida. En una esquina de una página, apareció el nombre de Lee Ha-jun, acompañado de un suspiro apenas audible.

El destino intervino cuando un proyecto escolar los emparejó como compañeros. En el aula, Lee Ha-jun se reclinó en su silla con desinterés. - "¿Vas a hacer algo o solo te quedarás ahí sentado, Sung-ho?" comentó con sarcasmo, desafiándolo a involucrarse.

Park Sung-ho, manteniendo su calma, respondió con frialdad. - "No necesito tu ayuda, Ha-jun. Puedo hacerlo solo". A pesar de la tensión, comenzaron a trabajar juntos, sus diarios quedando temporalmente olvidados.

Los días transcurrían en una extraña colaboración. Lee Ha-jun, acostumbrado a la superficialidad, se sorprendía al descubrir la perspicacia de Park Sung-ho. Este último, por su parte, se daba cuenta de que la vida de Ha-jun estaba lejos de ser tan perfecta como aparentaba.

En una tarde lluviosa, cuando todos los estudiantes se apresuraban a refugiarse, Lee Ha-jun y Park Sung-ho se encontraron en la biblioteca para trabajar en su proyecto. El sonido constante de las gotas de lluvia contra las ventanas proporcionaba un fondo perfecto para el tenso intercambio.

 "¿Por qué insistes en ser tan distante, Sung-ho?" preguntó Ha-jun, mirando fijamente las páginas del proyecto.

"La distancia me protege de decepciones, Ha-jun. No todos viven en un mundo de lujos", respondió Sung-ho con calma, sin levantar la mirada de su tarea.

La respuesta dejó a Ha-jun momentáneamente sin palabras. Por primera vez, vio a Sung-ho no como un enigma molesto, sino como alguien con sus propios desafíos y experiencias.

En esa misma tarde, mientras la lluvia persistía afuera, Lee Ha-jun abrió su diario con una nueva perspectiva. - "Descubrí que Sung-ho es más que solo un rostro serio. Hay algo en él que va más allá de lo que mostramos al mundo", escribió, sintiendo una extraña conexión que no se atrevía a admitir.

Por otro lado, Park Sung-ho reflexionaba en su propio diario sobre la sorprendente revelación de Ha-jun. - "Quizás no todos los ricos son frívolos. Aunque no lo admitiré en voz alta, hay algo intrigante en Lee Ha-jun".

Así, en medio de la lluvia que golpeaba las ventanas, sus diarios se entrelazaron más allá de lo que sus propios autores podían comprender. La narrativa continuaba su danza cautivadora entre el mundo tangible y las páginas secretas de sus diarios, revelando una conexión más profunda de lo que jamás hubieran imaginado.

Entre Diarios y DesencuentrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora