Enredos del Corazón

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El crepúsculo envolvía la escuela, tejiendo una atmósfera de misterio mientras Ha-jun y Sung-ho exploraban la conexión que crecía entre ellos. El jardín, testigo silencioso, se convirtió en el escenario de una danza sutil entre dos corazones destinados a cruzar caminos.

"A veces me pregunto si las cosas pueden cambiar tan rápido como el atardecer", comentó Ha-jun, su mirada perdida en el horizonte anaranjado.

"El cambio puede ser abrupto, pero a veces es lo que necesitamos para ver la belleza que se esconde en lo inesperado", respondió Sung-ho con una sonrisa.

El roce de sus manos marcó un momento de complicidad, pero en la penumbra, Min-ji, la admiradora secreta de Ha-jun, comenzaba a urdir su propio destino. Observando desde las sombras, ideó un plan para robar un beso y sembrar discordia entre los dos chicos.

"Ha-jun, he estado esperando para invitarte a la fiesta. ¿Te gustaría venir conmigo?" propuso Min-ji, ocultando su astucia tras una sonrisa dulce.

Sin sospechar las intenciones ocultas, Ha-jun aceptó con cortesía. Mientras tanto, Sung-ho, lleno de determinación, se acercaba al lugar donde planeaba confesar sus sentimientos.

La fiesta, envuelta en luces y risas, anticipaba el giro dramático que estaba por desencadenarse. Ha-jun buscaba a Sung-ho entre la multitud, ajeno al engaño que se gestaba a su alrededor.

Min-ji llevó a Ha-jun a un rincón más apartado, preparando el terreno para su artimaña. Mientras Sung-ho se aproximaba, presenció algo que lo dejó atónito.

"¿Qué estás haciendo?" inquirió Ha-jun, intentando procesar la repentina intrusión.

Min-ji, con una risa falsa, respondió: "Solo quería un momento contigo, Ha-jun. ¿No te gustó?"

Sung-ho, testigo silente de la escena, sintió cómo el suelo se desvanecía bajo sus pies. La confusión y la incredulidad se reflejaban en sus ojos mientras Ha-jun, herido por la traición, intentaba comprender lo que acababa de suceder.

"¡Min-ji, esto es inaceptable!" exclamó Ha-jun, sin ocultar su indignación.

Mientras Ha-jun se retiraba, Sung-ho se acercó lentamente, tratando de encontrar las palabras adecuadas. "Sung-ho, no es lo que parece. Yo..."

Ha-jun se alejó con pasos rápidos, dejando a Sung-ho sumido en el caos emocional.

La fiesta continuaba su curso, ajena al drama que acababa de desplegarse. Ha-jun, perdido en sus pensamientos, abandonó el lugar en un intento de escapar de la confusión que lo envolvía. Sung-ho, quedando atrás, se preguntaba cómo algo tan prometedor había dado un giro tan drástico.

—¿Qué ha pasado aquí? —interrogó Sung-ho a Min-ji, buscando respuestas.

Ella, con una mirada falsamente inocente, respondió: —Solo intentaba acercarme a Ha-jun. No esperaba que las cosas se salieran de control.

El corazón de Sung-ho latía con fuerza mientras procesaba lo ocurrido. La fiesta continuaba a su alrededor, pero él se sentía atrapado en una burbuja de confusión y dolor.

De vuelta a su habitación, Ha-jun hojeaba su diario con rabia contenida. —¿Cómo pudo pasar esto? —murmuró para sí mismo, sintiendo la traición en cada palabra escrita.

Mientras tanto, Sung-ho, sumido en sus propios pensamientos, no podía quitarse la imagen de Ha-jun apartándose de él de la cabeza. ¿Cómo arreglarían este malentendido que amenazaba con separarlos?

La noche avanzaba, dejando a los dos jóvenes en un torbellino de emociones entrelazadas. La historia aún no había llegado a su fin, pero el destino, caprichoso y turbulento, ya había dejado su marca en los corazones de Ha-jun y Sung-ho.


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