Finalmente mi tiempo entrenando había finalizado, se había extendido un tiempo mas de lo que se esperaba ya que no soy muy atlética por así decirlo.
Pero hoy, 13 de enero, finalmente soy una chica con el suficiente poder físico para golpear a 2 mantis religiosas. Es broma, puedo golpear a Len con una espada de madera.
Hablando de Len, el a cuidado muy bien de mi, siempre biene a visitarme en las mañanas, aunque casualmente lo hace cuando Rin me ayuda a vestirme. Ahora no podré casarme.
Rin es muy cariñosa conmigo, es como una hermana mayor para mi, aunque aveces también es como una hermana menor, es multi facetica.
"Miku, es hora de que vayamos" aquí empezaría mi leyenda como la heroína que va por el Rey demonio. De hecho, el no a hecho muchos disturbios en estos días, los altos mandos creen que quizás esta planeando algo y por ello debo apurarme.
(...)
"Odio los viajes largos" Rin dijo para acto seguido quedarse dormida en mi regazo.
"Rin es muy agradable, quisiera que este tiempo entre nosotros tres dure siempre" dije mientras acariciaba el cabello de mi sirvienta.
"Algún día tendras que escoger tu propio camino, casarte con algún hombre" Len me respondió, quizás algún día encuentre a alguien que me haga feliz.
"Quizás, por ahora los prefiero a ustedes" vi a Len sonrojarse por eso, me reí y el río de vuelta.
Len de un momento se levantó del carruaje y tomó a Rin, moviendola de lugar a donde estaba el.
"sabes mi-chan, yo también soy un hombre" y con eso apoyo su cabeza en mi hombro, mi cuerpo se encontraba paralizado, soy la protagonista de una batalla legendaria, no de una historia romantica.
Al poco tiempo habíamos llegado afuera de la ciudad principal, debíamos bajar de el carruaje y caminar hasta el pueblo más cercano para tomar otro, la locomoción en este país es nefasto.
"Vamos señorita Miku, tenemos que ir a acabar con el Rey Demonio" grito Rin caminando en pequeños saltos mientras le tomaba la mano a la heroína.
Rin aparte de ser mi sirvienta era una escudera bastante ingeniosa, Len era un gran espadachín, los dos se complementaban entre sí.
Yo en cambio era una sanadora ¿porque me habían hecho entrenar la espada? Porque los escritos decían que los dos filos de nuestras almas chocaron, y al parecer les sonaba a lucha de espadas.
"Oh, un slime" mire al pequeño, tome la espada de Len y se lo enterre en la parte más alta de su cuerpo, allí se encontraban los órganos de este que me permitirían obtener dus bonificaciónes.
"Muy bien hecho mi-chan" me felicito Len acercándose a mi para luego quitarme la espada.
"Allí veo el pueblo" Rin apresuró a decir, corriendo a por el.
"Esperanos Rin" grite tomando la mano de Len intentando perseguirla, pero Rin era muy rápida "¿donde habrá ido? "
No la encontraba en ningún sitió, estábamos en un bosque, lo mejor sería acampar pero me sentía muy preocupada por mi mejor amiga.
"Mi-chan acampemos por hoy" Len dijo mientras preparaba las cosas, no estaba segura si era lo correcto.
"Iré a dar una última vuelta antes" dije y procedi a hacerlo pero Len sostuvo mi mano.
"Es tarde, Rin puede cuidarse por su cuenta, no quiero que algo malo te pase a ti" mire sus ojos iluminados por la Luna, mi corazón comenzaba a palpitar.
"Esta bien"
"Por aquí e oído que hay unas termas ¿no le gustaría ir?" Len hablaba mientras ponía unas mantas.
"Quizás por la mañana" le dije, estaba algo cansada siendo sincera.
Ambos procedimos a acostarnos, aquella cama provisional era un poco estrecha por lo cual nuestros rostros también lo estaban, Len tiene unos labios lindos, nunca e besado a alguien, quizás me pregunto a como sabrán los labios de Len.
"¿Quieres besarme mi-chan?" soltó el riendo por debajo.
"Si" confiese, para luego darme vuelta y dormir.
Espero encontrar a Rin mañana.
663 palabras
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Heroina | LenKu
FanfictionMiku era la elegida como heroína quien debía derrotar al tenebroso rey demonio, pero ocurrió algo que las profecías no dijieron. Finalizada.