𝐂𝐇𝐀𝐏𝐄𝐓𝐄𝐑⬎...
𝟱.- 𝗞𝗲𝘆𝘀" Meses atrás "
- 74 días de noviazgo— Adiós Ma te quiero. — se despidió Yeon-soo de su madre antes de salir de su hogar sólo para encontrarse con Seo-jun quien la miraba con una sonrisa frente a su puerta.
— ¿ Desayunaste ?. — preguntó mientras caminaba en dirección de la chica y tomaba su mano comenzando a dar partida hacia su destino.
— Por supuesto que si, el desayuno es por la única razón por la que me levanto temprano
— ¿ Y no me guardaste nada ?
— ¿ Querías ?. — pregunto confundida mirando al chico quien ahora la observaba indignado. — ¿ Como iba a adivinar que no desayunaste ?, Han Seo-jun ya te dije que desayunes, te enfermaras idiota. — contestó golpeando a su novio por el hombro.
— Ya no me regañes...tengo algo que mostrarte. — se separado de Yeon-soo soltando su mano para después salir corriendo unas calles adelante y reaparecer montado en una motocicleta negra. — ¿ Acaso no me veo más guapo ?. — contestó mientras abría la ventanilla de su casco y baja de su nueva motocicleta sosteniendo un segundo casco.
— ¿ Como es que tu cabezota entró en ese casco ? . — camino Yeon-soo entre sonrisa en su dirección y con un saludo de palmas que solo ellos dos sabían, felicitó a su novio. Seo-jun siempre había soñado con tener una motocicleta eh incluso había intentado conseguir trabajo para poder comprar una pero en todos lo rechazaban por su edad así que cuando la chica miró la felicidad de su novio al conseguir su sueño no dudó en sentirse de la misma manera.
— Y además, conseguí un casco solamente para ti.
Había olvidado por completo como se sentía que el aire frío chocara con su rostro y esa adrenalina que le recorría el cuerpo mientras Seo-jun conducía, no era la primera vez que esto sucedía pero se sentía como la primera.
— Ya bájate, ya llegamos. — interrumpió sus pensamientos el chico deteniéndose con fuerza frente a su casa haciendo que la chica resbalara y cayera al suelo escuchando la risa arrogante de Seo-jun
— Eres un imbecil... — susurro quitándose aquel casco que antes le pertenecía y se lo arrojó al motociclista.
— ¡¿ No me darás las gracias ?! ¡ gaste gasolina para traerte hasta aquí !
— Si claro como tú me agradeciste cuando te defendí, estamos a mano, ya lárgate.
— Que odiosa... — susurro de vuelta Seo-jun mirando como la chica entre los bolsillos de su suéter buscaba las llaves de la entrada y cuando noto la ausencia de estas se maldijo.