Destino marítimo: La Noble, La Pirata Y La Ramera

Amor tardío?

Catalina finalmente estaba en la mansión Jones... Los sirvientes intentaron bañarla pero al momento en el que la desnudaron ella comenzó a llorar y gritar... Ellos sabían lo que habia pasado, se dieron cuenta ni bien la vieron. Pero nunca antes la habían visto con miedo a ser tocada por otra persona

No insistieron, ella pidió que la dejen asearse sola y así lo hicieron... Desde fuera de las puertas del baño se oían los sollozos de la inglesa... Las criadas no pudieron evitar llorar al oír a su ama... Su amiga, la niña a la que vieron crecer en un estado tan vulnerable

Catalina no tenia apetito... Todo lo que hizo al salir del baño en camisón fue acostarse en su cama, ella estaba en posición fetal, continuaba llorando, el incidente no fue lo único que le hizo daño... La traición de la mujer a la que amaba fue como una daga directo en su corazón... Unos pasos familiares se acercándose a la puerta

—Oye... Catalina, debes comer algo— Dijo la pelirroja entrando a la habitación de Catalina con una bandeja de comida

—No— Respondió... Su mirada ya no era aquella alegré y descarada como lo fue alguna vez

Zol se acercó lentamente a la cama grande, habia el espacio suficiente para apoyar la bandeja y sentarse junto a Catalina, cuando levantó la mano para acariciar a la inglesa vio como el cabello de esta se erizó en alerta

—No te hice nada antes... No lo haré ahora—

—Mentirosa... Solías manosearme siempre que tenias oportunidad— Zol tomó la almohada de Catalina y se la arrojó en la cara

—Pero nunca haría algo así... Quería ganarme el derecho de poder tocarte— Catalina se abrazo a la almohada, por su respiración se podía oír como ella seguía llorando —Odio verte así—

—Entonces vete...—dijo levantando su rostro de la almohada... Sus ojos estaban hinchados y la escocesa sintió una horrible presión en el pecho

—No... Incluso si me amenazas de muerte, no te abandonaré, mucho menos ahora— ella levó el rostro de Catalina a su pecho, comenzó a acariciar su cabello para consolarla... Ella podía sentir como sus lagrimas mojaban su camisa

—Me siento asquerosa... siento que aun huelo a el... No me gusta—

—¿Quieres bañarte otra vez? Las criadas dijeron que lo hiciste sola—

—No pude... Me dio asco ver mi cuerpo reflejado en el agua—

—Dame un segundo—

Zol salió de la habitación Catalina estando sola en su cuarto se comenzó a sentir agobiada... las paredes se hacían pequeñas a su alrededor, todo lo que pudo hacer fue abrazarse las piernas para auto consolarse como cuando era niña y su padre se iba a trabajar... Ella comenzó a respirar agitadamente hasta que la puerta fue golpeada

—Ya vine... Voy a entrar— Catalina dejo salir un suspiro de alivio al por la voz de la inglesa

Zol entro con una cubeta de agua en una mano junto con un paño húmedo y una barra de jabón en la otra

—¿Confías en mi no?— Ella estaba pidiéndole permiso a Catalina

—Si...—

Zol comenzó a desabrochar el camisón de Catalina lentamente y la hizo sentarse en una silla... ella enjabono el paño y comenzó a deslizarlo por el cuerpo de la inglesa... Zol comenzó por las piernas... En ningún momento levantó la vista... Ella no quería incomodar a la pelinegra

—¿Estas bien? ¿Quieres que me detenga un momento?—

—No, esta bien...— Zol pidió otra cubeta de agua para poder enjuagarla