Infinite~ Aegon Targaryen~

Dinastia

Dos niños de tres dias de nombre, correteaban por todo el campo de flores mientras su tio los observaba a lo lejos.

Ellos no tenian ni idea que su madre estaba dando a luz a su tercer hijo o hija.

Él los decidió sacar al patio al escuchar a su hermana pegar un grito que hasta los dioses escucharian.

Su hermana tenia veinte onomástico, y la veia tan joven y ya iba por su tercer hijo.

Aún recuerda como su hermana de casi dieciseis dias de nombre le decia que estaba embarazada de su esposo, con el cuál se casó cuando acababa de cumplir catorce.

Él tenia doce en ese entonces y no sabia que decirle, estaba contento aunque con algo de miedo por ella.

Pero al ver como ella cargaba a sus dos sobrinos en sus brazos sonriendo todo tipo de miedo se fué

Los maestres decian que fue un milagro de los dioses que ella no muriera en el parto con tan poca edad, y dando a un niño y una niña, sanos hasta los huesos.

Tres años de felicidad hasta ahora.

El esposo de su hermana, que es el consejero real, de unos veinticinco onomástico, estaba al lado de ella. O eso le dijeron.

-Mi principe- la doncella de su madre llegó con todos sus ropajes llenos de sangre- La princesa Destiny desea verlo.

Él miró por ultima vez a sus sobrinos, dejandolos a cargo de su guardia juramentado, Red Glydl.

-Elizah- El principe y tio de los niños, Gaius Targaryen, llamó a la niña-Danreh - llamó al niño, ambos los miraron con atención. Sus pelos mas blancos que los de el y ondulados, su piel tan blanca como la nieve, y sus ojos de diferentes tonos. Alizah tenia su ojo izquierdo de un violeta intenso mientras el derecho era notoriamente mas claro, y el caso Danreh era los ojos contrarios que los de su hermana melliza.

-Si tio Gaius?- La niña lo miró con una sonrisa tierna.

Él se la devolvió con cariño.

-Iré a ver a su madre- habló mirando a los dos niños viendo como ambos se le iluminaron los ojos.

-Podemos ir?- Danreh habló al segundo de que él lo dijera.

-Esto es algo mas de.. adultos- comentó- no tardaré.

Y sin esperar respuestas, emprendió sus pasos hacia el castillo, pasando los pasillos con apuro hasta la alcoba real.

-Nani- Gaius empujó las puerta de inmediato sin esperar que los guardias lo hicieran- dime que estas bien- apresuró tanto el paso que no se fijó en el estado de su hermana mayor.

Se quedó quieto por un minuto procesando aquello.

Su hermana estaba tendida con ambas piernas abiertas en cada extremo de la cama con solo una bata blanca llena de sangre hasta los pechos. Su Boca estaba abierta al igual que sus ojos pero estaba respirando, con muchísima dificultad.

No vió a Jossef en ningun lado ni a los maestres.

-Gaius- se escuchó apenas el susurró y él la miró de inmediato y fué hacia ella arrodillandose.

-Nani..- dijo el joven de tan solo quince onomástico viendo a la única pariente que le quedaba, aparte de sus sobrinos- dime que estas bien, él lo está, tú?..

-Es ella- apenas murmuro- es una niña Gaius, mi niña- su hermana soltó lagrimas silenciosas mientras sonreia.

-Eso es increible nani..- agarro su mano con gentileza- pero dime, estas bien? te sientes bien?.