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Julieta se encontraba en su habitación leyendo un libro. Sabía que su tranquilidad pronto iba a ser interrumpida por su Ama quien le iba a apresurar para que se pusiera el disfraz para la fiesta. La habían obligado a ir, por ella se quedaría toda la noche en su habitación termiando de leer su libro o simplemente viendo alguna serie. Pero no. Debía ir a la fiesta donde muchos adultos borrachos iban a estar.

-¡Julieta! -su madre entró de golpe a su habitación. -Vengo a hablar contigo.

-¿Sí? Debe ser urgente para que entres tan desesperada.

-En la fiesta de hoy estará el Conde Paris. Es un hombre muy apuesto y...

-Ajá, ¿y?

-A mi y a tu padre nos gustaría que lo conocieras más profundo. Sería muy bueno para la empresa que te casaras con él.

-¿Como un matrimonio de convicción? ¡¿Enserio?! ¿Qué es esto, la Edad Media?

-Permítete conocerlo hoy. Julieta, se acabó la discusión.

La madre se fue dejando paso a el Ama, quien rápidamente se puso a arreglar la ropa de la jóven y ayudarle a maquillarse.

El Ama era una mujer que trabajaba para la famila ya durante muchos años, cuando Julieta nació, los Capuleto prácticamente no tenían tiempo para cuidar a su hija, por eso la anciana se encargó de cuidarla y educarla. Julieta la apreciaba mucho, le tenía mucho cariño. Después de todo era como su madre.

-El Conde Paris es un buen hombre, es muy guapo y encima rico. -El ama soltó una risita mientras terminaba de maquillar a la jóven.

-Ama... ¿qué pasa si a mi no me gusta? Yo me quiero casar por amor verdadero... Además, solo tengo 18. ¿No es temprano pensar en el matrimonio?

-Ay querida, pues esto pasa en familias como la tuya. Tu madre se casó tan pronto cumplió los 18.

-Es una tontería. Si me voy a casar lo haré con quién yo quiera, cuando yo quiera y definitivamente no por intereses.

La anciana negó levemente dejando que Julieta se mirara en el espejo.

El espejo reflejaba a un ángel. La chica tenía un vestido blanco de seda que le llegaba por arriba de las rodillas. Tenía unas alas en la espalda y una diadema en forma de corona plateada que contrastaba con su pelo marrón que caía sobre sus hombros.

Tenía un maquillaje sencillo, tan solo un poco de rimel y rubor. El ama sabía que a la chica no le gustaba llevar mucho maquillaje, y en cierta parte estaba aliviada. Su piel era perfecta, no necesitaba ese maquillaje. Pero algo sorprendió a la anciana cuando Julieta se acercó a su tocador y se trazó un par de líneas blancas en los ojos. El eyeliner que se hizo era muy sutil, casi ni se veía, pero le daba un toque mágico a su disfraz.

-Me gusta como me veo.

El ama la miraba asombrada y orgullosa. Ante sus ojos la niña que había criado era ya casi una adulta, pero aún así era inocente. El disfraz de ángel pegaba con su personalidad y su físico.

El jaleo en la casa había comenzado. Los invitados iban llegando y los gritos de los propietarios que llamaban a su sirvienta empezaron. El Ama se fue rápidamente de la habitación dejando a Julieta sola.

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Tan pronto como los tres chicos llegaron a la casa de los Capuleto, Mercucio desapareció entre la multitud. Romeo se quedó mirando un rato en busca de su amigo, era mala idea dejarlo por ahí drogado. Sabía que el podría desde ponerse a bailar en un tubo y ser el alma de la fiesta hasta matar o matarse el mismo. Prefería que pasase la primera.

-Oye Benvolio, ¿no crees que debemos...? -El rubio se giró pero su primo tampoco estaba. -Genial.

Romeo se quedó mirando alrededor y después de un rato se fue al baño y se quedó mirando la bolsa con LSD. La fiesta era aburridisima y su cabeza no podía dejar de pensar en el mal de amores.

Rompio por la mitad el diminuto papelito agarrando aire y se lo puso en la lengua. Minutos después la droga hizo efecto, el mundo giraba alrededor de él, se sentía en una montaña rusa. Salió del baño tambaleandose un poco y quedó aturdido por la música que para él era aún más alta de lo que estaba. Soltó una suave risa al ver a los adultos bailar, aunque la fiesta recién había empezado ya la mayoría estaban borrachos.

Romeo caminó entre la multitud, su cuerpo completamente relajado y ahora la música ya no era tan alta, y parecia que todo a su alrededor se volvia más y más borroso.

Desde un rincón, Tebaldo miraba a los invitados hasta que sus ojos se posaron en el rubio que le parecía familiar. Su rostro creó una mueca de disgusto al recordar quién era ese chico y rápidamente se acercó a su tío.

-Oye, ¿ve a ese mocoso de ahí? Es un Montesco, un asqueroso Montesco en esta fiesta... Haré que se arrepienta. -mientras hablaba, no alejaba la vista de Romeo con una mano lista para sacar su pistola.

-Déjalo ser, sobrino. Me meterás en lios si le haces algo y más si es en mi casa. Pobre de ti si levantas tu arma contra el jóven Montesco. -el señor Capuleto le respondió con tono amenazante para después seguir con su fiesta.

Mientras tanto el rubio ya había vuelto al baño y vomitado. Al parecer no podía resistir mucho a las drogas. Se lavó la cara, defenitivamente ya se encontraba algo mejor aunque bajo efectos de la droga.

Salió por segunda vez del baño pero esta vez subió a la planta de arriba, donde se supone que los invitados no podían estar... pero él no sabía eso. Miraba alrededor mientras caminaba, por eso se tropezó con el lujoso tapiz rojo y cayó justo contra un enorme acuario. Soltó un leve gruñido mirando si había roto el cristal, pobre de él si rompía algo en esa casa. Pero en vez de ver grietas vio unos hermosos ojos azules mirándolo. Se quedó boquiabierto, era como si estuviera viendo a un ángel que lo deslumbraba con su belleza. Y no era porque la chica estaba disfrazada de un ángel y mucho menos por la droga, era por su hermosura.

Julieta se quedó mirando al rubio del otro lado del acuario quien hizo una sonrisa hipnotizada. Nunca en sus 18 años vio a un hombre tan... tan bello. Sonrió tímidamente y cuando vio que se iba corriendo se quedó algo confundida. ¿Quién era? ¿Qué hacía en el segundo piso? ¿Se encontraba bien? Es decir, literalmente se estampó contra el acuario, y sonó bastante feo que hizo que la chica mirara el acuario.

De todas formas, ya no estaba. Y seguramente no iba a verlo nunca más.

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⏰ Última actualización: Jan 17 ⏰

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𝑅𝑜𝑚𝑒𝑜 𝑦 𝐽𝑢𝑙𝑖𝑒𝑡𝑎 || '𝑇𝑖𝑙 𝑑𝑒𝑎𝑡ℎ 𝑑𝑜 𝑢𝑠 𝑝𝑎𝑟𝑡 🥀💗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora