En un mundo donde todo es aparentemente normal se esconde un secreto que pocos conocen...
Richard Raymos es un joven que vive en un mundo donde la tecnología y la naturaleza se fusionan. Un día, al socorrer a una chica en apuros, descubre que su vid...
La misteriosa chica me observó con atención. Sus ojos dorados brillaban con una luz intensa, como si estuvieran llenos de estrellas.
“No esperaba que me reconocieras. Estaba disfrazada” -mencionó, su voz era suave pero firme, como si estuviera acostumbrada a dar órdenes.
“¿Disfrazada?” -pregunté, mi voz se llenó de confusión. Mis cejas se fruncieron mientras intentaba entender lo que estaba pasando.
Ella esbozó una sonrisa en la comisura de sus labios y comentó “Observa...”
De pronto, la niña se envolvió en un manto de luz y se transformó en una mujer alta de unos treinta años, de piel clara como el marfil, con una hermosa y larga melena rubia enmarcada por dos flequillos junto a un par de ojos dorados. Su belleza era sobrenatural, como si fuera una diosa.
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“¡No eres humana!” -jadeé, mis ojos se abrieron de par en par al ver su transformación.
Era la chica del metro, pero ahora se había convertido en una especie de diosa. Me quedé boquiabierto, incapaz de creer lo que estaba viendo.
“¿Qui-Quién eres?” -le pregunté, tartamudeando. Mi corazón latía con fuerza en mi pecho, lleno de miedo y asombro.
Ella sonrió, demostrando una sonrisa llena de calidez y bondad. “Mi nombre es Pistis Sophia pero puedes llamarme Sophie. Soy lo que ustedes llamarían un Eón. Y esto es Gnosis, mi paraíso.”
Me mostró el magnífico paisaje oculto tras la luz. Vi colinas verdes, ríos cristalinos, árboles frondosos y flores de mil colores. Sentí una paz y una armonía que nunca había experimentado. Era como si hubiera entrado en un sueño.
Sophia se acercó a mí. Sus pasos eran elegantes y gráciles, como si estuviera danzando.
“Eres especial” -me dijo con interés-. “Hacía mucho tiempo que no veía a nadie venir aquí”
Me sentí halagado. Quería saber más. Quería entender qué estaba pasando.
“¿Qué es este lugar exactamente? ¿Y por que estabas en esa estación?” -pregunté mientras temblaba ligeramente.
Ella me explicó que, por lo regular, las almas van al purgatorio para ser juzgadas, pero yo en su lugar, me salte ese paso y me desvíe logrando entrar en su reino sin problemas. Y que la razon de haber estado en la tierra fue por que estaba buscando a alguien pero entonces esos bravucones llegaron y la acorralaron ya que si usaba sus poderes haria un gran escandalo.
Esto me confundió pero no tanto.
Sophia me miró a los ojos y me preguntó por qué la había ayudado.
