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Un hombre tocaba la puerta demandando atención antes que la lluvia mojara en demasía su ropa, no era tan fina como la que solía usar diariamente pero era lo suficiente para hacer una visita sorpresa a un viejo ex amor.
Hace semanas llevaba buscándolo porque quería disculparse y aunque fuera un poco tarde necesitaba hacerlo para liberarse de aquella culpa ¿Lo quería de nuevo a su lado? Claro que si pero no exactamente como pareja.
Tocó y tocó hasta que un rostro conocido abrió la puerta, su rostro seguía igual, miraba descaradamente cada parte de su cuerpo dándose cuenta que no había cambiando en nada, seguía intacto como que los años que pasaban no tuvieran repercusión alguno en el rostro de su menor.
—iFelix! Cariño.— Se lanzó a su cuerpo para darle un gran abrazo.
Felix lo apartó y cerró la puerta en su cara.
El insistente hombre volvió a tocar la puerta insistiendo en querer pasar.
—iVete hijo de tu ch*ngada madre!— Dijo Felix.
—No me voy a ir bajo esta lluvia que se está acercando.— Era consiente de que el rubio no era capaz de dejar a nadie solo y desamparado.
Felix abrió la puerta, no le gustaba la idea de dejar que alguien se enfermase por su culpa, no pensaba dejarlo desamparado aunque fuera su ex.
—Pasa, pero ni te acomodes que no eres bienvenido.— soltó siendo grosero pues ese era su propósito.
—¿Han robado a mi Lixlix acaso? ¿Donde está mi terrón de azúcar?— El hombre hacía el amago de buscar bajo los muebles.
—¿Quieres saber donde está? Bien, el niño p*ndejo lo dejaste en tu cama antes de decirle que ya tenías a otro que te montaba mejor que él.— estaba indignado.
¿Cómo era posible que este hombre se apareciera tan campante en su propia casa cuando lo dejó de la peor forma?
Carcajeó.
—¿No lo puedes olvidar?— dijo riendo.
—Era mi primera vez ¡Idiota!— No existía cosa más linda que ser dejado por tu primer novio después de experimentar tu primera vez.
—....— No tuvo como excusarse.
—Bien, ¿A que has venido?— dijo cruzándose de brazos.
—He venido a disculparme por toda esa mierda que te hice.— y esta vez era sincero, en sus ojos se reflejaba sinceridad y arrepentimiento.
—¿Sabes qué es lo peor Minho?— El de cabello negro negó en silencio con su cabeza. —Ni siquiera me invitaste a tu boda.
Minho rió ante aquellas palabras, su LixLix nunca iba a dejar de ser tan tierno estando enojado
—Pero Lixxie, lo hice por ti, tú aún no me superabas y no te quería ver sufrir o que interrumpieras.
—Ya te había superado.— pero todo era mentira, olvidar a Minho fue dificil, era su primer amor al que amó con el alma.
